didonato terry real enero 21 javier del real

Todo en su sitio

Madrid. 13/01/21. Teatro Real. Obras de Haydn, Mahler, Hasse, Händel, Berlioz, Giordani, Parisotti/ Rosa y arreglos de Terry. Craig Terry, piano. Joyce DiDonato, mezzosoprano.

La mezzosoprano estadounidense Joyce DiDonato y el pianista Craig Terry han llevado a cabo una gira por los diferentes teatros y auditorios del territorio español bajo el título In my Solitude. Como es habitual en esta cantante americana, el repertorio que presenta en esta serie de conciertos es muy variado; interpreta obras de su catálogo habitual, pero con algunas novedades que ha incluido recientemente en su repertorio, así como una serie de arreglos realizados por el pianista Craig Terry que llevan el recital a los sonidos más característicos de Estados Unidos. Como bien recordaba la mezzo, 20 años hace de su debut en el coliseo madrileño con aquella Cenerentola junto a Donato Di Stefano, José Lopera, Janette Fischer y Simón Orfila, dirigidos por el maestro Carlo Rizzi.

El recital dio comienzo con la cantata a solo Arianna a Naxos, de Haydn, basada en la famosa mitología griega donde Ariadna es abandonada por su amado Teseo. Se trata de una pieza formada por dos recitativos y dos arias, en las que la mezzosoprano supo plasmar el alto nivel de dramatismo que adquiere el papel de Arianna, recalcando su capacidad para representar las emociones del personaje. Alcanza el melodramatismo la asertividad y firmeza que necesita el llanto de la protagonista al ver que su amado la abandona.

El tiempo de pandemia y confinamiento que vivimos en el pasado mes de marzo fue un golpe muy duro para el mundo. De buenas a primeras todos los sectores se vieron truncados por una pandemia que acosaba a la sociedad día tras día. Como todos los negocios, el mundo de la música tuvo momentos muy críticos, en los que cerraban los teatros, muchas orquestas tuvieron que reducir plantilla y, sin duda, el golpe más duro ha sido perder a todos aquellos grandes músicos que tanto han emocionado al público. A la par que fue un tiempo de confinamiento, también lo fue de reflexión. Como han mencionado muchos profesionales de la música, el tiempo que estuvieron encerrados les sirvió para pensar sobre la música y descubrir nuevos horizontes que afrontar. Y es esto lo que ha marcado el confinamiento para DiDonato, tal y como narró al público. Como bien decía la mezzo: “Si te surgen preguntas en torno a la música…. Muchas respuestas se encuentran en las obras de Mahler”. Así ocurrió con su presentación de la integral de los Rückert-Lieder, las cinco canciones que compuso Gustav Mahler sobre los poemas del autor del Briedermeier, Friedrich Rückert. La interpretación estuvo marcada por un intimismo vocal sublime, en el que las tonalidades más oscuras de la mezzo brillaron en los pasajes más reservados. A pesar de haber realizado una actuación con una expresión y un dramatismo magnífico, hubo momentos en los que la sutilidad de este nuevo repertorio se apoderaba de la cantante. Sea como fuere, la mezzo estadounidense demostró una gran adaptación al repertorio del Lieder alemán asumiendo la fuerza y el carácter que requiere la música del compositor austríaco.

En la segunda parte del concierto, la mezzo sacó a relucir su dominio, conocimiento y experiencia en el universo barroco con Morte, col fiero aspetto, de Hasse. Su voz se desenvuelve cómodamente en las coloraturas, donde su control sobre el vibrato fue fundamental para no perder la altura y la precisión de los pasajes más complejos. Desenvuelta en los pasajes más complejos, con una aseada forma de remarcar el carácter fugaz y flotante de las notas, siguen haciendo que la cantante sea una de las referentes en cuanto al repertorio operístico del Barroco. Muy buenas fueron tanto las arias como los recitativos de E pur così in un giorno… Piangerò la sorte mia. Una versión magnífica de uno de los momentos más sentimentales de la ópera Giulio Cesare de Haendel.

El repertorio romántico francés tampoco supone ningún inconveniente para la mezzosoprano. Poco le constó conmover al público con  Ah!, Ah!, Je vais mourir… Adieu fière cité, de Les Troyens de Berlioz. A continuación el recital dio un giro hacia un estilo marcado por la agilidad pianística y la exaltación vocal. Sobre los arreglos del pianista Craig Terry de Caro mio ben, Se tu m’ami,  Star vicino, Solitude y La vie Rose pudimos ver la faceta más sensual y jazzística de la estadounidense, demostrando que no solo tiene un amplio registro de técnicas vocales clásicas, sino que también posee una dilatada experiencia en la música que se escuchaba en la Nueva Orleans de inicios del siglo XX. En esta segunda parte hay que destacar la figura de Craig Terry, no solo como excelente, virtuoso y ágil pianista, sino también como arreglista, donde eleva la figura del piano al nivel de la incisividad y sensualidad de la música jazz.

Fuera de programa, la mezzo se sentó al piano con Craig Terry e interpretaron Stardust a cuatro manos. No tuvo bastante con interpretar una pieza más, sino que regaló al público una juguetona I Love a Piano de Irving Berlin, un emotivo Somewhere over the rainbow y como broche, el Voi che sapete de Le nozze di Figaro.

Foto: Javier del Real.