Bartok Munich 3 

Bartók en clave CSI

Múnich. 01/02/2020. Bayerische Staatsoper. Bartók: Concierto para orquesta y El castillo de Barbazul. Oksana Lyniv, dirección musical. Nina Stemme (Judith). John Lundgren (Barbazul). Katie Mitchell, dirección de escena.

La Bayerische Staatsoper estrenaba su última nueva producción, apostando por un singular programa doble con música de Béla Bartók, bajo la batuta de Oksana Lyniv y en una propuesta escénica firmada por Katie Mitchell. La directora inglesa apuesta por convertir la trama de El castillo de Barbazul en una suerte de thriller cinematográfico, con aires de serie norteamericana, en clave CSI. De hecho el personaje de Judith, que da nombre a este programa doble y que está encarnado por Nina Stemme, no es sino una inspectora de policía que se infiltra para desenmascarar a Barbazul, un sujeto que ha ido secuestrando a varias prostitutas tras drogarlas con ayuda de su chofer a modo de cómplice.

Durante la primera mitad de la representación, mientras escuchamos el Concierto para orquesta de Bartók, el público asiste a la proyección de un corto, practicamente el capítulo completo de una serie de detectives al uso, obra de Grant Gee. Sin duda está resuelto con muy buenos mimbres técnicos y hay que destacar la gran capacidad para acompasar el ritmo de las imágenes con el propio devenir de la música, muy meritorio. A partir de aquí, y ya entrando en la representación propiamente dicha de El castillo de Barbazul, Katie Mitchell resuelve de un modo bastanate convencional la representación. Asistimos a una sucesión de pequeños escenarios, sucesivas cajas que representan las estancias que Barbazul oculta tras otras tantas puertas. Es un espectáculo un tanto monótono, por más que esté llevado con buena tensión teatral. Me horririza por cierto esta tendencia a reducir a unos pocos metros cuadrados las dimenensiones amplísimas de una caja escénica, como si al final todo tuviera que parecer que tiene cabida en la pantalla de un móvil.

A la postre queda la impresión de que se ha desaprovechado una ocasión de oro para ir un paso más allá y proponer un espectáculo más radical, en una clave feminista, mucho más reivindicativa. El thriller meramente narrativo se impone a la denuncia, en unos días en los que la violencia de género se expande casi como una pandemia. Katie Mitchell parece conformarse con meter El castillo de Barbazul en las costuras de un capítulo de CSI, si me permiten la exageración. No queda rastro tampoco del simbolismo original de la obra y al final el espectáculo se antoja sumamente convencional, bajo la apariencia de una renovación y puesta al día que no es tal.

Bartok Munich 1

Excepcional, sin duda, la pareja protagonista, sobre todo el lujo de contar con Nina Stemme para una parte tan breve e intensa. La voz de la soprano supera con creces las exigencias del papel. Convenció asimismo John Lundgren, tanto por medios como por presencia escénica. La compenetración entre ambos solistas sobre las tablas fue sin duda uno de los principales alicientes de la velada. 

Regresaba al foso de la Bayerische Staatsoper la directora ucraniana Oksana Lyniv, quien fuera allí asistente de Kirill Petrenko durante varios años. Su labor fue excepcional, extrayendo toda la fuerza dramática y la tensión que habita en esta música de Bartók, singularmente en El castillo de Barbazul, acertando a subrayar ese tono de thriller que atraviesa toda la partitura. Su dirección fue detallada y meticulosa, edificando una versión muy estimable del Concierto para orquesta de Bartók durante la primera mitad de la velada. Hubo algunos altibajos y quizá estuvo demasiado pendiente del foso y no siempre atenta a lo que sucedía en el escenario, pero por lo general puede valorarse su dirección con buena nota. La orquesta titular del teatro sigue confirmando su increíble buena forma, capaces de resolver con idéntica solvencia practicamente cualquier repertorio que se les ponga entre manos.

Bartok Munich 2

Fotos: © Wilfried Hösl