Música en Segura: Décimo aniversario
El imponente parque natural de la Sierra del Segura y sus pueblos volverán a ser escenario del mayor festival de la España rural. Música en Segura alcanza su décima edición manteniendo una apuesta única por atraer la alta cultura a espacios cotidianos e inusuales de esta comarca despoblada, como la fábrica de aceite, el castillo medieval, el solitario cementerio de Orcera, o la era de la aldea de Moralejos. Lugares de tradición, todos ellos, que rompen con sus protagonistas habituales, –vecinos, agricultores y tractores– para acoger figuras internacionales, como el Cuarteto de Cremona, la Nederlands Blazers Ensemble, Israel Fenández, Cantu a Tenore, la cantante portuguesa Carminho y la Compañía Nacional de Danza y conformar una experiencia única e irrepetible.
El festival de delicatessen musicales se celebrará del 24 al 28 de mayo en Segura de la Sierra, incluido en la red de Los Pueblos Más Bonitos de España. Daniel Broncano, fundador y director de la cita, explica: “Cumplir diez años supone la consolidación de un sueño. Hemos pasado de la modesta idea de hacer un festival de música en un pequeño pueblo de 140 habitantes a formar el festival cultural más grande de la España rural. Música en Segura tiene una doble misión: propiciar el acceso a la cultura en un área alejada de todos los núcleos urbanos en España y generar desarrollo económico basado en el turismo de música y cultura”.
El programa de esta décima edición presenta 15 espectáculos únicos, protagonizados por reconocidos artistas internacionales y nacionales. En este sentido, “más que simplemente proponer grandes nombres, Música en Segura sigue apostando diez años después por crear una experiencia musical y sensorial única”, añade Broncano.
El miércoles 24 de mayo, la inauguración del festival correrá a cargo del conjunto holandés Nederlands Blazers Ensemble. El grupo de más de veinte intérpretes, que abarca música desde la antigua a la contemporánea, llega a la cooperativa de aceite de Orcera. Además, la formación holandesa protagonizará al día siguiente la excursión musical, un paseo por las espectaculares Herrerías de Río Madera. El programa continuará con los italianos Cuarteto de Cremona y el conjunto cubano Michael Olivera & The Cuban Jazz Syndicate. Uno de los sellos del festival es la resignificación de la naturaleza y los espacios rurales para crear espectáculos irrepetibles, como los desayunos musicales al amanecer en la Sierra de Segura, que este año protagonizará Anacronía, joven ensemble especializado en interpretación con instrumentos históricos. En la programación destaca también el Quinteto enterramiento para cuerda en cementerio y piano rural. La pieza del aclamado compositor Fernando Velázquez, basada en el poema homónimo de Ángel González, será representada en el cementerio de Orcera.
El festival también ofrecerá la oportunidad de escuchar músicas singulares. Es el caso del canto polifónico de Cerdeña, propio de la cultura pastoral, que resonará en la capilla del castillo de Segura el viernes 26 de mayo. Esa noche además actuará la cantante de fado portuguesa Carminho, a la que seguirá la Compañía Nacional de Danza. El sábado 27 de mayo será el turno del premiado oboísta granadino Ramón Ortegajunto al pianista estadounidense Kit Armstrong. La Orquesta Ciudad de Granada llega con la ópera semiescenificada El rapto en el serrallo de Mozart. La jornada acabará con la actuación del cantaor Israel Fernández y el guitarrista Diego del Morao.
En el día de clausura del festival, el domingo 28, actuarán la pianista Judith Jáuregui, en la era de la pequeña y bucólica aldea de Moralejos. La décima edición de Música en Segura se cierra con una fiesta de música de cámara, género con el que comenzó el festival hace 10 años. El Trío Arbós se amplía hasta formar un sexteto e interpretar obras de Julián Bautista y Ernö Donhanyi.
Todas las entradas y abonos están a la venta en la web del festival. Música en Segura incentiva al público joven con un descuento del 50% para menores de 30 años. También se han puesto a la venta vales-regalo musicales.
El festival Música en Segura nació en el año 2014, impulsado por el clarinetista Daniel Broncano. El evento se define a sí mismo como un “festival de delicatessen musicales en el pueblo más silencioso del mundo, Segura de la Sierra (Jaén)”. Reconocido como uno de los pueblos más bonitos del mundo, Segura de la Sierra está situado a 1200 metros de altitud, en pleno Parque Natural de Cazorla, Segura y Las Villas, en Jaén. Con sus 140 habitantes, Segura aún conserva la espectacular belleza de los pueblos sin maquillar y por ello constituye un inusual y singular punto de encuentro entre el público, venido desde lo más lejos y desde lo más cerca, con carismáticos artistas de perfil internacional.
Desde 2014 han presentado 130 conciertos que han alcanzado a 62.700 personas. Además, desde 2019, Música en Segura se convierte en un festival con dos ediciones por año, para alcanzar la cifra aproximada de 15.000 asistentes anuales. Tal y como explica su impulsor y responsable artístico, “en este tiempo hemos conseguido elevar el perfil internacional de Segura y ser un ejemplo de emprendimiento sociocultural en la periferia rural. Y sobre todo, hemos hecho que mucha gente viva la música clásica sin profilaxis en el pueblo de la música”.
El propio festival explica: “La música es una llave para abrir emociones y un potente pegamento para facilitar las relaciones interpersonales. En Música en Segura hacemos llegar el arte de nuestros músicos a todas las capas de nuestra comarca rural mediante acciones concretas y específicas. En 2021 nuestra acción social se traduce en conciertos escolares y en residencias de mayores, musicoterapia para grupos vulnerables y talleres de respiración para convalescientes de covid-19”.
En ocasión de estos diez años de actividad, conversamos con el impulsor y responsable artístico del festival Música en Segura, Daniel Broncano.
¿Cuáles serían los principales hitos de estos diez años de Música en Seguro? Me gustaría traer hasta aquí el recuerdo de cinco seis conciertos o experiencias que hayan quedado grabadas a fuego en su memoria.
Guardamos muy buenas memorias de las dos primeras ediciones, con artistas a los que luego hemos visto crecer meteóricamente: Ksenija Sidorova (acordeón, 2014) Rocío Márquez (2015) o Rafael Aguirre (2015). Igual ocurrió con el violinista sueco Johan Dalene, que estuvo en Segura en 2018 para luego comenzar una carrera imparable.
Los formatos más fuera de lo común (excursiones musicales, conciertos del amanecer) siempre han sido muy emotivos y llenos de público. La exposición sonora Cuando la Música nos Tortura, de 2019, sigue en la memoria colectiva.
Mucha gente en Orcera y en la comarca recuerda, sigue comentando, el concierto de Holland Baroque junto a Wu Wei en la Cooperativa de Aceite en mayo de 2018. Fue un concierto delicado y casi exótico, un orgullo llegar a combinar tantos componentes artísticos en el marco de la cooperativa; y sobre todo que lo disfrute tanto la población local como los visitantes venidos desde muy lejos. En este mismo espacio, el Ballet Flamenco de Andalucía, en 2021, causó sensación con su bellísimo Antonio. 100 años de arte.
Sin duda fueron muy especiales los conciertos en streaming de 2020, primero desde las casas de los artistas, como el memorable recital de Judith Jáuregui en mayo de 2020; así como los conciertos desde Segura retransmitidos que tuvieron un amplísimo seguimiento, sobre todo los de Cuarteto Quiroga, Mayte Martín o el Duo Meseguer / Mora.
¿Qué personalidades, artistas o entidades han tenido más que ver en el desarrollo y porvenir del festival? ¿Qué lealtades querría resaltar después de esta década?
Estamos muy agradecidos a todo el mosaico de patrocinadores y colaboradores que han sostenido el festival, especialmente a los ayuntamientos de Segura de la Sierra y de Orcera, la Diputación Provincial de Jaén, la Junta de Andalucía y el INAEM. La Fundación Caja Rural de Jaén y la Fundación Moerel son los apoyos privados más continuados y significativos en esta primera década.
El principal pilar de Música en Segura desde el primer momento ha sido el público, que llena los conciertos, que nos ha apoyado desde el principio con crowdfunding y después en el Club de Amig@s del festival.
Quiero destacar las aportaciones fundamentales de dos personas del equipo: David Crespo, responsable de la imagen visual del festival y de la estrategia de marca; y Pedro Barberán, que profesionalizó desde bien temprano una producción tan compleja y a menudo singularísima como es la de Música en Segura.
¿Sigue intacto el espíritu del festival, diez años después? Creo que es uno de los más singulares y diferenciados del panorama español de festivales. Por su entorno, por sus raíces, por sus espacios, etc.
Cada edición es como la primera, con la misma emoción de traer el milagro de la música a donde sobre todo hay silencio, como es el pueblo de Segura de la Sierra. El concepto de programación, de delicatessen musicales en las que se invita a descubrir y el diseño de los conciertos en los que se hace gala de la belleza de la Sierra de Segura, están y estarán siempre.
La doble misión inalterable del festival es propiciar el acceso a la cultura en nuestra comarca rural y generar un desarrollo económico a través de la música con los numerosos visitantes del festival. Si bien hemos ido evolucionando desde una start-up que hacía conciertos con unos pocos artistas que colaboraban y se alojaban en casas de amigos hasta un festival que acoge orquestas y grandes nombres, entendemos que la sensación de aventura del público, las ganas de viajar a Segura para disfrutar de una propuesta musical exclusiva es lo que llena nuestros conciertos. Llegar a Segura, con su belleza atemporal y su olor a bosques y aire limpio, dispuestos a escuchar buena música: ese es el espíritu del público que seguimos cultivando.
Finalmente, ¿a qué aspira el festival en la próxima década? O sin irnos tan lejos, ¿cuáles son los deseos para los próximos años, los más inmediatos?
En los inicios no soñábamos con convertirnos en el mayor festival cultural de la España rural, en cuanto a la que acontece en poblaciones realmente pequeñas como Segura que tiene 150 habitantes. El sueño a largo plazo es convertir a Segura en el pueblo de la música, con actividad musical lo más continuada posible. Antes, y como en todo proyecto independiente, nos preocupa asentar las bases económicas que nos permitan ese proyecto artístico.