Garanca Gregor Hohenberg DG 2019

 

Elīna Garanča: "En una vida anterior tuve que ser una gitana, sevillana y morena"

En medio una agenda repleta de éxitos, como su debut como Dalila en Viena o su exitosa actuación de la temporada pasada en el Teatro de la Zarzuela, la mezzosoprano letona Elīna Garanča ha encontrado tiempo también para grabar un nuevo disco. El CD, titulado Sol y vida y grabado junto a su esposo Karel Marck Chichon y la Filarmónica de Gran Canaria, presenta un recorrido por algunas músicas, de connotación más bien ligera y emparentadas con el temperamento soleado y alegre que solemos asociar con los países del sur. La propia Garanča reside en el sur de España y se comunica en un perfecto y simpático castellano. En esta entrevista nos habla en profundidad acerca de este nuevo CD y sus más inmediatos compromisos.
 
¿De dónde surge la idea de grabar este disco y qué pretendía comunicar con él?
 
Todas las grabaciones que he hecho han sido de alguna manera un reflejo de mi alma, como un espejo donde proyectar mi estado emocional. Ahora mismo estoy entrando en el repertorio dramático, en lo que será el tramo final de mi carrera, y siento una gran serenidad, una estabilidad muy profunda. Y disfruto mucho de mi momento vital: disfruto de mi familia y disfruto de mis éxitos tras muchos años de trabajo. Y ese placer sentirme tan viva y tan realizada es algo que quería plasmar en un disco, precisamente referido a los países del sur, donde he encontrado mi segunda casa. Son piezas, en su mayoría, que yo vengo interpretando como propinas en mis conciertos y gustaban mucho al público. Así que me dije, por qué no dejarlo ahí grabado, para siempre, precisamente en este momento tan redondo de mi carrera profesional y de mi vida personal.
 
El título de Sol y vida es también un reflejo de su propia biografía, ya que reside en el sur de España desde hace ya varios años. 
 
Sí, lo cierto es que adoro los países del sur. Hace unos meses estuve en México, donde he realizado ya dos giras, visitando ocho ciudades diferentes y me enamoré de ese país. Este año iré también a Brasil y a Argentina. Yo siempre había dicho que no creía en el temperamento geográfico, en esa idea tópica de que las personas nacidas en el norte somos más frías y los nacidos en el sur son más cálidos y alegres. Pero al final, lo cierto es que la experiencia me ha ido descubriendo que de algún modo sí hay una relación entre la forma de ser de las gentes y su entorno, su clima, etc. Mi caso es muy particular, porque soy una mujer del norte cantando canciones del sur, familiarizándome con la cultura del sur, viviendo en España, etc. Con mi Carmen sorprendí a muchos, que no imaginaban que una mujer nacida en Letonia pudiera interpretar a esa gitana del sur de una manera convincente. Por eso este disco insiste de alguna manera en esa idea, con un homenaje al sur del que me he enamorado poco a poco en estos años.
 
Ya nos había sorprendido cantando zarzuela a un nivel extraordinario, y el celebrado concierto que ofreció con su esposo en el Teatro de la Zarzuela fue toda una fiesta, confirmando su entrega a ese repertorio tan nuestro y ahora ya también tan suyo. Pero ahora nos sorprende también con la canción ligera, atreviéndose con el tango e incluso con el maravilloso universo de Chavela Vargas. ¿Cómo ha decidido el repertorio de este CD? ¿Por qué precisamente estas piezas y no otras?
 
Lo peor que se puede hacer con un cantante joven, cuando está empezando, es etiquetarlo y meterlo en una caja: decirle “tú tienes una voz mozartiana” o “tú eres un cantante rossiniano”, etc. Eso solo sirve para cerrar puertas y nublar la vista a un intérprete. Yo debo decir que me aburro rápido y entiendo que el potencial de un cantante está precisamente en su capacidad para reinventarse y saltar de un repertorio a otro con flexibilidad. Hasta que no nos probamos en un repertorio diferente al que estamos acostumbrados, no sabemos en realidad quién somos. Llegado un punto es fácil cantar una y otra vez ese repertorio donde te sientes seguro y confiado. Pero lo interesante es salir de esa zona de confort. Yo nunca me he sentido como una intérprete al servicio de un repertorio determinado. ¿Por qué habría de limitarme a Mozart y al belcanto, durante veinticinco años de carrera? Eso sería un aburrimiento para mí y para el público. Con el paso del tiempo he visto que mi voz y mi curiosidad como intérprete me permitían pensar en otros papeles. Ahora estoy cantando más repertorio dramático y también probé hace tiempo a cantar zarzuela y me encontré muy cómoda con ese lenguaje. Es un poco extraño, es cierto, porque en Letonia por ejemplo no tenemos nada parecido en nuestra música propia o nuestro folclore. Si la reencarnación existe, yo creo que en alguna de mis vidas anteriores tuve que ser una gitana, sevillana y muy morena (risas).
 
Hace unas semanas la pude escuchar en Baden-Baden, interpretando el Requiem de Verdi con Riccardo Muti y la Filarmónica de Berlín. Volvió a sorprenderme una vez más su emisión, tan limpia y redonda, tan acabada. Y escuchando ahora este CD, me ha parecido fantástica su capacidad para, digamos, desencajar un poco la voz, descolocarla lo necesario para poder sonar más auténtica y casi desgarrada con este repertorio ligero. Me imagino que todo esto es cuestión de técnica.
 
Sí, eso es, esa es la palabra justa: todo es técnica. Cuando uno aprende a cantar trabaja su voz de acuerdo con las necesidades de cada repertorio. Y esa es una de las cosas que más me gustan de mi trabajo como cantante, de hecho. A mí siempre me han dicho que tengo una técnica muy segura, muy firme, con la que podría cantar casi cualquier cosa que me propusiera. Seguro que es exagerado, pero lo cierto es que me animaba a tener más curiosidad y ver cómo sonaría mi voz con este repertorio más ligero y popular. Con este CD quería demostrar también que soy una artista, no solo una voz lírica. A mí me gusta escuchar musicales, rock, otras músicas en general, más allá del repertorio clásico. ¿Por qué no intentar hacer algo diferente y sorprender a mi público, incluso sorprenderme a mí misma? Después de la experiencia con esta grabación debo decir que cantar de esa manera, si sabes bien cómo lo haces, cómo recolocas tu instrumento par que suene más ligero y menos impostado, lo cierto es que no cansa tanto la voz como podría parecer. Es más fácil recoger una voz grande, con una buena técnica, que estirar una voz pequeña, porque entonces hay fatiga al cabo del rato.
 
La grabación está muy bien hecha, con una toma muy limpia, pero tengo la impresión de que las piezas con orquesta han sido registradas de manera distinta a las canciones con un acompañamiento más íntimo, donde su voz suena más cercana, más próxima al micrófono.
 
Sí, por supuesto, queríamos generar esa impresión. En las piezas con orquesta yo estaba en mitad de los músicos, para que mi voz sonase con ellos, como en un escenario. En cambio, en las piezas más íntimas yo cantaba con el micrófono mucho más próximo, algo que es complicado siempre para las voces graves, que suelen tomarse mejor con distancia. Mi voz, en general, no termina de recogerse bien en grabaciones porque necesita desarrollarse en una sala; mi instrumento gana en directo. Pero aquí hemos hecho un buen trabajo, creando una atmósfera íntima en varias piezas, con sonidos “chiquitos”, donde se escuchan incluso las respiraciones, los silencios, etc.  
 
Una de las piezas más sorprendente es el “No puede ser” de La tabernera del puerto, quizá la primera vez que escuchamos este fragmento en una voz femenina. Y debo decir que ha sido toda una sorpresa. Suena fantástico.
 
(Risas) Sí, esto tiene una historia fantástica detrás. Yo hace muchos años que estoy enamorada de esta pieza, tantas veces escuchada a Plácido Domingo sobre todo. En España siempre es complicado gestionar el tema de los derechos con la zarzuela y nosotros contactamos con la familia de Sorozábal, sus herederos. Y ellos nos contaron que el sueño del compositor, antes de morir, había sido escuchar este fragmento interpretado por la voz de una mujer. Y con su permiso oficial, digamos, recogiendo la ilusión que tenía el propio Sorozábal, decidimos grabarlo e interpretarlo también en algunos conciertos. 
 
También interpreta en este CD varias canciones napolitanas, un repertorio ligado asimismo a voces masculinas. Con estas piezas el disco tiene un color más mediterráneo, si cabe.
 
Sí, las voces de mezzosoprano tienen en realidad algo de masculino. Espero que se entienda lo que quiero decir con esto (risas). Y por eso me he permitido transgredir un poco ciertos clichés y tradiciones, como en el caso de estas napolitanas. Boulez decía que la tradición es el fallo de la imaginación. ¿Por qué no darle una vuelta a lo de siempre y hacerlo de otra manera? Al fin y al cabo se tratar de comunicar una bella melodía, unos recuerdos hermosos… y para eso sirve una voz igual que la otra.
 
¿Hay prevista alguna gira con este nuevo disco? ¿Quizá por España?
 
Todavía no tenemos planes. Hicimos un concierto con mi esposo en Gran Canaria, además de esa noche en el Teatro de la Zarzuela, que quedará para siempre en mi memoria como uno de los momentos más bellos de toda mi carrera; fue algo inolvidable. Hacemos ahora en mayo una gira por Alemania y más tarde por Sudamérica. Ya en otoño tenemos conciertos por Bélgica. Me encantaría llevar este repertorio por España. Me gustaría mucho poder cantar esta música en el país que siento como mi casa. 
 
¿Y se ha concretado ya esa idea de cantar un papel escenificado en el Teatro de la Zarzuela?
 
Todavía no, pero confío en que llegue antes o después. Es cuestión de encontrar el proyecto y las fechas que encajen. Pero no pierdo la esperanza de poder hacerlo. Sería algo muy especial.
 
Su agenda por venir, en términos de repertorio, nos depara algún nuevo rol como esa Amneris en Aida.
 
Sí, será mi próximo debut, en el mes de marzo en Gran Canaria; lo estoy deseando. También me apetece mucho la Dalila que haremos en Berlín con el maestro Barenboim. Y más adelante llegará Kundry, mi primer Wagner, en abril de 2021. El próximo verano grabaré un nuevo disco de lied, con piezas de Schuman y Brahms. También tengo que preparar un nuevo programa de lied, para varios recitales, con obras de Duparc, Rachmaninov y Berlioz. También cantaré La damnation de Faust en el Met; desde 2007 no he vuelto a cantar la Marguerite y tengo que estudiarlo a fondo de nuevo, porque Berlioz es complejo.
 
Por curiosidad, ¿por qué renunció a cantar en Los Troyanos de París, en la nueva producción de Tcherniakov? ¿Fue por motivos de salud o por alguna desavenencia artística?
 
No, fue por motivos de salud. No pude debutar esa Didon porque me encontraba muy mal. Empeé en septiembre con antibióticos y hasta enero estuve con una infección que iba pasando de la garganta al pecho. Y cuando llegaron las funciones, verdaderamente no me encontraba bien y tuve que cancelar. De hecho, acudí a una clínica para que me tratasen porque estaba tosiendo sangre. Allí descubrieron que tengo alergia al gluten y a la lactosa, por lo que he tenido que cambiar mi dieta radicalmente. Y he mejorado mucho, por suerte. Yo creo que todo es estrés, porque entre la familia y la carrera, todo se resiente.