INTERROGACIONES
Madrid. 08/03/21. Teatro de la Zarzuela. Obras de Rodrigo, De Pablos, Prieto, Romero, De Cantó, Lozano, Selva y Torres, Anaya Ruiz. Aurelio Viribay, piano. Cristina Toledo, soprano.
Me llaman poderosamente la atención las interrogaciones que salpican el programa de mano. Son tantas que sobrecogen a cualquiera. Rápidamente, uno se da cuenta que, de no ser por las personas que han intervenido para poder realizar este concierto, las incógnitas serían aún mayores. Directamente, muchos de nosotros ni siquiera hubiésemos conocido, por primera vez, los nombres que aquí se han dado cita.
El por qué de tanto dato desconocido lo hallamos, sin duda, en los palazos de obstáculos, negación y olvido que el heteropatriarcado ha arrojado sobre las mujeres a lo largo de la historia. Incluso, en muchas ocasiones, hoy en día. Para el Día Internacional de la Mujer, el pasado 8 de marzo, el Teatro de la Zarzuela propuso un programa con obras de compositoras, en el cambio del siglo XIX al XX. Se recogían piezas de ocho firmas diferentes, tras la labor de investigación del Archivo de la SGAE, encabezado por María Luz González Peña (coautora de un reciente e imprescindible epistolario entre Falla y María Lejárraga) y la selección última de dos artistas implicados con aquello que interpretan, como son el pianista Aurelio Viribay y la soprano Cristina Toledo.
Viribay (a quien además debemos el poder saber más de otras autoras como Rosa García Ascot o Matilde Salvador, gracias a su labor de investigación) y Toledo (quien centra su TFM en la figura de María Rodrigo) quisieron abrir al público una ventana desde la que poder vislumbrar múltiples paisajes. Una nueva panorámica que recoge colores de lo más variado, aunando la obra lírica de autoras como Remedios Selva y Torres, Carmen de Cantó o Blanca Lozano (de ninguna de ellas se sabe la fecha exacta de su nacimiento y/o muerte), con canciones de María Teresa Prieto, Elena Romero, Adela Anaya Ruiz y la ya mencionada Rodrigo, a quien se dedicó todo el final de la noche.
Entre todo lo escuchado, maravillas como Alerta, corazón, de la zarzuela Su última canción, de De Cantó, estrenada la nochevieja de 1942 en el Teatro Victoria de Barcelona; Mirando las altas cumbres, de la compositora exiliada María Teresa Prieto, o, por ejemplo, la Romanza de Maritza, de la zarzuela La tirolesa, de Adela Anaya Ruiz, autora a su vez del himno oficial de la II República. Cuántas… ¿¡pero cuántas Sinsombrero tendremos en la música, aún desconocidas para la mayoría!? ¡¿Cuántas anteriores a la Generación del 27!? ¿!Cuántas posteriores!?
Para ofrecernos todas estas magníficas realidades, aún desconocidas para tantos oídos y tantos escenarios, Cristina Toledo mostró un instrumento flexible y gran inteligencia a la hora de adaptarlo a las diferentes tesituras de los personajes a los que dió vida. Con un centro terso y coloreado, resultó intensa, de gran hondura cuando así lo requería la pieza, o ligera y chispeante en el caso contrario. Por su parte, Aurelio Viribay desplegó su siempre estupendo saber hacer; no por casualidad es uno de los mejores pianistas repertoristas de nuestro país. Acompañó e imprimió el carácter necesario en cada partitura, brillando además, especialmente, en la obra a piano solo que sirvió de “intermedio”: La copla intrusa, de María Rodrigo, alumna de Richard Strauss y creadora de la Asociación Femenina de Educación Cívica, junto a Lejárraga. Una vida y una artista fascinantes.
Y es que tantas vidas fascinantes nos hemos perdido por la necedad del hombre… tantas interrogaciones que nunca podremos conocer, por no haber procurado la libertad, dignidad e igualdad necesarias a todo el mundo… tantas incógnitas que nos quedan ahora por resolver… qué gran y qué necesaria velada esta, presentada por el Teatro de la Zarzuela. No seamos tan torpes como para que estas páginas vuelvan al cajón que nunca debimos cerrar.
Foto: Teatro de la Zarzuela.