Clásico a la vista
Madrid. Teatro de La Zarzuela. 7 y 8 de junio 2025. Leonor Bonilla y Serena Sáenz (Marola), Marcelo Puente y Celso Albelo (Leandro), Ángel Odena y César San Martín (Juan de Guía), Rubén Amoretti y Simón Orfila (Simpson). Ruth González (Abel). Vicky Peña (Antigua). Pep Molina (Chinchorro). Ángel Ruiz (Ripalda). Chavier Ribera-val (Verdier). Orquesta de la Comunidad de Madrid. Coro titular del Teatro de la Zarzuela. Julio César Picos y José Miguel Pérez Sierra, directores musicales. Mario Gas director de escena.
Serena Sáenz no solo también hacía su debut en el rol, sino que cantaba zarzuela representada por primera vez. Seguro que la estupenda cantante irá tomando experiencia en el futuro, también en unos textos hablados muchas veces complicados de abordar, y en un papel, como decía antes, difícil de clasificar, con momentos como el final del primer acto que inciden de forma muy rápida en un registro medio/bajo de forma difícil de proyectar. Aun así la cantante catalana demostró su tremenda clase y su magnífico instrumento en el aria antes citada, con unos agudos y staccati timbradísimos y plenos, y un final rematado con un estupendo regulador.
El tenor Marcelo Puente abordó el rol de Leandro en el primer reparto, y sorprendió con un timbre bello y embaucador, y un canto ardoroso y comunicativo. En el primer dúo con Marola tuvo problemas con el agudo, optando por no terminar en punta dejando a la soprano sola en este aspecto, no obstante el cantante mejoró a partir del segundo acto, y consiguió realizar una notable romanza No puede ser.

En el reparto alternativo Celso Albelo fue el encargado de abordar el papel, y nada más escucharlo se percibe el aire krausista de su canto, lleno de elegancia y delectación. Pero además pude percibir un instrumento más sonoro y con pegada respecto a la última vez que lo escuché. Los agudos siguen timbrados y dominadores, y aunque esta vez no bisó, realizó una muy meritoria romanza calurosamente aplaudida.
Angel Odena abordó el rol de Juan de Eguía, como la última vez que se repuso la obra, aportando las tablas y la sabiduría que acumula. Recio y sin fisuras, el barítono catalán domina el papel y sabe sacar los arrestos en el último acto, concluyendo su intervención de forma arrebatada y sonora. Muy grata sorpresa la actuación de César San Martín en el reparto alternativo demostrando una implicación soberbia dándolo absolutamente todo. Con una voz mórbida muy bien emitida, y que en los agudos timbra especialmente bien, el barítono madrileño se llevó el agua al agua acabando su aria No te acerques, no me persigas de forma emocionante y plena.

Para el papel Simpson se contó con la pareja de bajos mas representativa a nivel nacional en un papel que es un bombón para cantantes de esta cuerda, y que canta uno de los hits de ‘La Tabernera’, el aria Despierta negro, que viene el blanco. Rubén Amoretti aportó profundidad y una dimensión turbia del personaje que le va muy bien, y Simón Orfila impactó y dominó el rol de cabo a rabo con una actuación descollante. Muy buenos actores los dos, fue muy representativo escuchar la diferente forma de abordar el mismo pasaje del aria en su final, Amoretti diferenciando en las palabras “noche” y “negro” parando el tempo; y Orfila diminuendo en la primera palabra para cantar de forma llena la segunda. Dos estupendas formas de hacer de manera distinta lo mismo, pero igualmente válidas.
Estupendísimos la pareja de Vicky Peña y Pep Molina como Antigua y Chinchorro, y perfecto, como siempre, Ángel Ruiz haciendo de Ripalda. Ruth González encarna a la perfección al personaje niño Abel y Xavier Ribera-Vall al marinero Verdier.
Tanto Julio César Picos que dirigió el día 7, como José Miguel Perez Sierra que dirigió el día 8, dieron muestras de musicalidad, control y buenas maneras, aunque, curiosamente, la orquesta sonó bastante mejor el segundo día. Bellas las formas de sacar las ‘olas’ instrumentales de los dos preludios, donde tanto se ‘escucha’ al Debussy de El Mar (esos toques de la madera). Estupendo el Coro titular.
