Siberia TeatroReal 22 Javier del Real

Donde no hay...

Madrid. 06/05/2022. Teatro Real. Giordano: Siberia. Sonya Yoncheva (Stephana). Murat Karahan (Vassili). George Petean (Gleby). Domingo Hidoyan, dirección musical.

El paso del tiempo es un juez implacable, no siempre justo en su hacer, pero las más de las veces ejerce un filtro razonable sobre las obras de arte de tal modo que, salvo algunas contadas excepciones, cuando una obra ha quedado en el olvido, es por algo, ya sea por su naturaleza o por las circunstancias en las que vio la luz. La programación cultural está llena, no obstante, de afortunados y meritorios rescates y de tanto en tanto nos encontramos con verdaderos hallazgos. 

En el caso de la ópera Siberia de Umberto Giordano, conocido fundamentalmente por su Andréa Chenier y por su Fedora, asistimos a un caso bastante particular, pues la obra fue estrenada por todo lo alto en la Scala de Milán en 1903, con los mismos cantantes que tenían previsto estrenar Madama Butterfly de Puccini, título que finalmente se pospuso hasta el año siguiente. Así, Siberia tuvo una première de campanillas en el teatro milanés, con las voces de Rosina Storchio (Stephana), Giovanni Zenatello (Vassili), Oreste Gennari (Alexis) y Giuseppe De Luca (Gleby).

Poco después la pieza alcanzó la gloria en París y sin embargo la obra no cuajo en el repertorio, no alcanzó ni mucho menos el éxito de otras obras emblemáticas del periodo verista, caso del propio Andrea Chénier del mismo Giordano. A decir verdad, resulta una partitura muy irregular y cuajada de decisiones arbitrarias. Seguramente el principal lastre sea el libreto de Luigi Illica, cuajado de lugares comunes y realmente poco inspirado, incapaz de vertebrar una trama con fuerza y unos personajes vigorosos. 

Dicho esto, el segundo acto sí merece cierta atención, dado el original empleo que hace Giordano de la tradición coral rusa, tomando prestado el tema de la conocida 'Canción de los barqueros del Volga'. Lo mismo sucede en el tercer y último cuadro, un tanto más deslabazado y con transiciones ciertamente arbitrarias entre sus escenas, pero donde Giordano incorpora, a través de un cuarteto de mandolinas, la misma melodia popular que Chaikovski había empleado ya en su celebrada Obertura 1812.

En julio de 2021 el Maggio Musicale Fiorentino propuso una nueva producción de este título, bajo la batuta de Gianandrea Noseda y precisamente con Sonya Yoncheva en la parte protagonista de Stephana. La soprano búlgara ha tenido mejores noches que esta que nos ocupa, sobre todo más intensas y vocalmente más brillantes. Su Stephana pasó un tanto sin pena ni gloria por las tablas del Real. Tampoco es que el personaje se presente a mayores lucimientos, pero lo cierto es que faltó la magia, como si ni siquiera la intérprete búlgara creyera a pies juntillas en esta recuperación de Siberia. Su importante voz estaba ahí, bien timbrada, ofreciendo algunos agudos de buena factura, y lo cierto es que Yoncheva canta de un modo por lo general irreprochable, pero la velada no tuvo el debido relieve.

En la parte de Vassili, el tenor Murat Karahan sustituía al originalmente previsto, Bryan Hymel. La voz de este cantante turco es sumamente desigual, orientada toda ella en realidad a cuatro o cinco notas bien timbradas en el tercio agudo. Entretanto, el resto del instrumento oscila entre guturalidades y tensiones varias, adoleciendo de cualquier atisbo de homogeneidad. Además, como intérprete, Karahan parece incapaz de hilar dos frases iguales, con un legato insuficiente a todas luces. 

El barítono George Petean fue sin duda el cantante más solvente y completo del elenco, haciendo gala de su habitual facilidad de emisión, poniendo en valor el texto de la pieza y aportando teatralidad a una velada que adolecía de ella. Completaba el elenco un amplio plantel de comprimarios, cuajado de voces solventes y artistas con oficio, como Alejandro del Zerro y Elena Zilio, Mercedes Gancedo, Fernando Radó, Albert Casals y Tomeu Bibiloni.

Finalmente, buen hacer en el podio de Domingo Hidoyan, a la sazón esposo de Sonya Yoncheva y actual batuta titular de la Royal Liverpool Philharmonic Orchestra. Concertador solvente, cabe suponer que dispuso de poco tiempo de ensayos para poner en pie la obra, por lo que cabe valorar su hacer con la orquesta titular del Teatro Real, que sonó firme y eficiente. Muy notable, asimismo, la contribución del Coro Intermezzo a la velada, con una partitura bien trabajada.

Así las cosas, lo cierto es que de dónde no hay no se puede sacar, como dice el refranero popular, y este rescate de Siberia pasó sin pena ni gloria, no tanto por demérito de los artistas como por la propia limitación de la obra.