La mejor cantera 

Zaragoza. 13/01/2024. Auditorio de Zaragoza. Obras de Javier Quislant, Piotr I. Chaikovski y Dmitri Shostakovich. Joven Orquesta Nacional de España. Pablo Heras-Casado, dirección musical.

No por repetida, un año tras otro, es menos asombrosa la evidencia del altísimo nivel al que se desempeñan los músicos de la Joven Orquesta Nacional de España, formación que ha celebrado recientemente su 40 aniversario. Su tradicional primer encuentro del año en el Auditorio de Zaragoza ha contado esta vez con la dirección musical del maestro granadino Pablo Heras-Casado, quien acaba de completar un año espléndio, con grandes éxitos en Bayreuth (Parsifal) y en Viena (La clemenza di Tito y Le Grand Macabre).

El programa previsto para este encuentro era ambicioso y realmente consistente, coronado con una sinfonía tan imponente como la Décima de Shostakovich tras pasar, en la primera parte del concierto, por una obra de nueva creación, Unda Maris de Javier Quislant, y por una pieza más popular, la Obertura-fantasía de Romeo y Julieta de Chaikovski.

La obra de Javier Quislant con la que se abría el concierto, Unda Maris, tuvo su estreno el pasado mes de octubre, a manos de la Orquesta de RTVE, como resultado de su galardón en el XL Premio Reina Sofía de Composición. Ahora, fruto de un acuerdo entre la JONDE y la Fundación Ferrer-Salat, la partitura ha formado parte también de este primer encuentro de la joven orquesta. La obra es desde luego ambiciosa y compleja, con una sonoridad y una tímbrica que por momentos parecen entroncar con el legado de la Segunda Escuela de Viena. Heras-Casado manejo aquí a la JONDE con firmeza y serenidad, transitando con aplomo por la estructura de la pieza. El reto, para los jóvenes músicos, no era nada sencillo, y se saldó con nota.

La partitura de Chaikovski permitió comprobar la riqueza de colores y la flexibilidad de la plantilla, moldeada por Heras-Casado hacia una lectura pausada pero intensa, paladeada con reposo, detallista, dando lugar a relevantes intervenciones de los solistas. Finalmente, el director español y los músicos de la JONDE defendieron la Décima de Shostakovich con denuedo y manifiesta entrega. Heras-Casado comandó la ejecución con gesto claro y elocuente, comprometido con cada compás de la partitura. La versión estuvo a la altura de la de cualquier orquesta profesional de primer nivel.

La generosa propuesta de propinas puso el broche a una velada intensa y reconfortante, de esas que aseguran el buen devenir de la clásica, en tiempos en los que todo en este entorno parece tambalearse.

JONDE Zaragoza 24 Heras a