OnlySoundRemains TeatroReal 

Esteticismo

Madrid. 06/11/2018. Teatro Real. Saariaho: Only the sound remains. Philippe Jaroussky, Davon Tines. Dir. de escena: Peter Sellars. Dir. musical: Ernst Martínez-Izquierdo.

Oscar Wilde definió el esticismo como una "actitud de valoración de las obras literarias y artísticas que antepone la belleza a cualquier otro aspecto". Este Only the sound remains del Teatro Real, con música de Kaija Saariaho y dirección de escena de Peter Sellars, es un espectáculo bellísimo, por momentos sublime, pero ciertamente vacuo, pura recreación estética. Estrenado ya en la Ópera de París en el transcurso de la anterior temporada, la música de Saariaho hace pie en dos textos del teatro japonés nō, dos historias cargadas de simbolismo que bordean el territorio de lo puramente alegórico. El discurso de la compositora finlandesa sorprende por su inspiración y se escucha con suma atención y agrado; Saariaho ha logrado producir una música sublime aunque un tanto complaciente, lejos quizá de la ambición que desplegase en Salzburgo allá por el año 2000, con L´amour de loin. En todo caso, una partitura inspiradísima, llena de miniaturas. La conjunción con la música electrónica es igualmente sorprendente, porque produce un discurso sumamente homogéneo y dotado de una consistencia inesperada, a través de reverberaciones y ecos diversos. 

Si no me equivoco, hasta la fecha Saariaho había contado con Amin Maalouf como libretista en todas sus óperas. Su figura se echa de menos en esta ocasión, en la que el ejercicio estético adolece de una consistencia dramática mayor, viendose ciertamente limitado por esos textos del teatro japonés que constituyen de hecho todo su armazón. No es que falte acción, porque la obra premeditadamente opta por transitar otras vías; es que no hay una verdadera conexión entre texto y música sino más bien un discurso sonoro que se ha inspirado en unos versos, a los que literalmente se superpone sin más, redundando de nuevo en ese esteticismo que antes apuntaba.

En línea con esto el trabajo de Peter Sellars es ejemplar y probablemente haya consumado de manera impecable las aspiraciones estéticas de Saariaho. La propuesta es sumamente minimalista en sus medios, ofreciendo poco más que un atractivo juego de luces y sombras. Partiendo de dos grandes y atractivos telones pintados por Julie Mehretu, todo el trabajo de Sellars discurre mediante un código gestual, tan estilizado como viene siendo constumbre en sus últimos trabajos. Una propuesta que ahonda en fin en el caracter estático y contemplativo de este trabajo, que en su conjunto deja un sabor agridulce. Y es que la estética no es suficiente. No hay belleza sin tragedia.

El protagonismo de estas dos obras, Always Strong y  Feather Mantle, recaía en el barítono Davon Tines y en el contratenor Philippe Jaroussky. Éste ofreció una vez más su bellísimo timbre, su emisión depurada y ese aura angelical que rodea su canto, si bien su hacer su antojó un tanto disperso en mitad del mar estético dispuesto por Saariaho. Davon Tines firma un estupendo trabajo, muy contrastado en su doble faceta como monje y pescador, con una voz que sonó firme y cálida.