Ermonela Jaho, soprano: "En la imperfección está la verdad, la conexión con el público"
Transcribir una conversación con la soprano Ermonela Jaho no es tarea fácil. Ella habla como canta, entregada a la causa, intentando que el torrente de palabras que, imparables y de modo atropellado, le salen de su boca, reflejen la pasión que habita en su interior. Pasión, drama, emoción, son palabras que se repiten una y otra vez en la conversación; esto no es una sorpresa para cualquiera que la haya visto sobre las tablas. Es además la razón por la que muchos la han comparado con la mismísima Maria Callas. Este año visitará España en múltiples ocasiones, empezando por un recital en el tercer Festival Mallorcòpera, el 4 de septiembre, adentrándose en un formato poco transitado por ella.
¿Cómo está siendo la vuelta después de todos estos meses de aislamiento y parón?
¿Qué puedo decir? Ha sido tan difícil esta crisis global. Ha mostrado vulnerabilidad de los artistas y de la ópera. Como tantos otros he tenido un parón de un año y ocho meses con contratos cancelados. Ha sido realmente difícil. Pero en estas circunstancias uno tiene que intentar sacar lo mejor, a pesar del estrés y a pesar de sentirse mal por no tener la energía y la conexión con el público.Sin el público nada es lo mismo porque necesito sentir esa sensación de peligro, de excitación que luego la música multiplica.
Después de ocho meses tuve la oportunidad de volver a los escenarios y me sentí como una niña pequeña, fue en Atenas cantando Butterfly el septiembre pasado. No puedo describir cómo me sentí. Hasta entonces aproveché para estudiar. Finalmente pude tener algo de tiempo para practicar, algo que mi carrera en este mundo frenético normalmente no me permitía. Fue una oportunidad para perfeccionar la técnica y prestar más atención a mi profesión.
Como le ha pasado a tanta gente, ¿sacó usted algo positivo?
Para empezar, tener un poco de descanso, hasta los atletas necesitan descansar sus músculos. A nosotros nos pasa lo mismo. Hasta el 2020 en el mundo de la ópera todo iba tremendamente deprisa. Agendas de locura estando cada día en una ciudad, y casi sin tiempo para ensayar. Así que me dio tiempo para aprender nuevos papeles y también para revisar aquellos que ya había hecho como Butterfly o Traviata, revisitar estos personajes con una mirada diferente.
Y además también pude dedicarme a las clases magistrales que doy a mis alumnos. Para ellos fue especialmente difícil. Imagínese no tener ni siquiera oportunidades a las que aspirar durante todo ese tiempo. Les anime a dedicar este tiempo a mejorar, mejorar y mejorar hasta que llegara el momento adecuado.
Me interesa esto de que volviera a estudiar Butterfly y Violeta. Son dos de sus papeles de referencia, especialmente Butterfly. ¿Escucharemos ahora una nueva Cio-Cio-San?
Yo creo que somos diferentes cada día, porque cada día tenemos una experiencia diferente. Pues esto es exactamente lo que ocurre como cantante. He cantado Traviata y Madama Butterfly más de 100 veces y ni una sola vez ha sido igual. Probablemente ahora le dado al carácter al personaje una mayor sensación de vulnerabilidad. Y creo que he aprendido a darle más emoción sin comprometerla vocalmente. La vulnerabilidad es lo que hace conectar con el público, pero necesitas también la parte técnica. ¡Tienes que conseguir terminar la ópera! Y el entrenar técnicamente también ha hecho que pueda darle más colores emocionales a la voz, y más libertad. Al final la técnica te da libertad para expresarte.
"La técnica te da libertad para expresarte"
Menciona algo muy importante y que resulta palpable en sus actuaciones: la emoción profunda, el drama. ¿Está usted de acuerdo? Y si es así, ¿de dónde viene este dramatismo tan intenso?
Sí, estoy de acuerdo. ¿Sabe?, cuando salgo al escenario es como si fuera la primera y la última vez de mi vida. Y cuando piensas de esa manera te lanzas a lo más profundo y no piensas en él mañana. Es un poco loco para un cantante, pero es así. Cuando liberas tu alma de esa manera, las emociones verdaderas surgen, sientes el dolor la felicidad, entonces conectas con la verdad de la actuación y así conectas con el público.
¿De dónde viene todo esto? Estamos rodeados de emoción, de drama, de dolor. Eso es la vida misma. Yo vengo de Albania, nuestro país pasó tiempos muy duros. De alguna manera somos como un libro que refleja la historia de nuestro entorno, lo que nos ha pasado en nuestra vida queda escrito en nuestra alma, automáticamente. En mi caso esto me hizo desarrollar una empatía hacia los sentimientos de los demás.
Es algo que inicialmente consideraba una debilidad pero que con el tiempo he podido utilizar para ir a lo más profundo de los personajes que he interpretado. La música hace que esta empatía surja cuando canto, de una manera mágica, con el lenguaje de nuestra alma. Entonces te olvidas de todo lo superficial, te entregas tanto que a veces hasta comprometes la calidad del sonido.
¿Merece la pena en ocasiones sacrificar el canto, el sonido?
Es que lo que cantamos son sentimientos. Cuando tienes una pérdida en la familia, un drama, o una alegría nadie cuida la impostación de la voz con lo que digan los demás, sencillamente te sale de las tripas. Esa es la manera en la que yo canto.
Quizá no sea perfecta, pero a los seres humanos no les gusta la perfección, nos gusta la verdad. De hecho, si buscas la perfección deja de ser un drama. Si en una partitura de Puccini se lee “piangendo” o “gritando”, ¡creo que quiere decir algo! Siempre intento usar así mi voz, que no es una voz extraordinaria, pero intento que exprese una verdad y que conecte con la audiencia. Y entonces entramos en resonancia mutua, precisamente por esta imperfección.
La pasión con la que habla me recuerda la pasión con la que actúa sobre la escena, diría que más que interpretar usted se transforma, como una transfiguración.
¡Exactamente! Gracias por la palabra. Para mí es una catarsis. Intento transformarme en ese personaje. Por supuesto no ocurre siempre con la misma intensidad, cada actuación tiene sus peculiaridades, y ni siempre todo funciona perfectamente. Pero, en aquellos momentos en los que realmente ocurre, solo sientes tu alma, dejas de sentir tu cuerpo y quieres que esa sensación no se acabe nunca, nunca salir de ella.
Escuchándola hablar, siento que tengo que ir a mi próxima ópera ya. Y parece que viene usted a España algunas veces el próximo año. Empezando por Mallorca. ¿Qué es lo que planea hacer ahí?
En Mallorca voy a hacer un recital, la segunda vez que hago algo así en mi vida. Presentaré mi último trabajo “Anima Rara”. Consta de piezas poco conocidas de soprano lírica de Verdi, Mascagni, Giordano y Leoncavallo. También algunas otras arias en francés, también desconocidas. Intentaré poner mi alma, como siempre, pero aquí es diferente, no puede ser como una ópera donde construyes una historia evoluciona durante tres horas.
Es mi primera vez en Mallorca y, aunque es obvio decirlo, amo a España. Debo decir que ustedes son un público muy exigente, y eso me encanta. Es casi como un examen en el que exigen la voz y el alma. Creo que hablamos el mismo idioma, el del corazón del sur de Europa.
¿Seguirá desarrollando los recitales como parte de su carrera?
Quiero que el centro de mi carrera continúe siendo la ópera, pero seguiré probando con los recitales -este no será el único en España. De alguna manera recitales son más complejos porque tienes que cambiar de personaje cada tres minutos. Pero mi intención es seguir con ambos y probar, veremos lo que el público opina. Ellos son los que darán la respuesta.
Y cuáles son sus papeles futuros en la ópera. ¿Seguirá desarrollando papeles de verismo? ¿Dónde le está llevando su voz?
Sí, verismo, pero yo diría que el verismo lírico. Mi siguiente papel es Adriana Lecouvreur. Se suponía que lo iba a estrenar el año pasado en Francia pero tuvo que cancelarse, ahora lo haré en Viena en noviembre, será un riesgo pues casi no habrá ensayos. Me gustaría Lodoletta y Pagliacci en Coven Garden el año que viene, Nedda. Pero siempre manteniéndome dentro del belcanto y del lirismo. Porque, aunque me guste mucho el drama no puedo ignorar mis límites vocales. Seré dramática en interpretación, pero nunca soprano dramática vocalmente.
Y si miramos al futuro mucho más adelante. Cuál le gustaría que hubiera sido su legado a la música. Su contribución.
Hay que pensar con el corazón. Creo que, incluso si tienes una voz ordinaria, puedes convertirla en extraordinaria. Creo que el secreto está en esa palabra, “extra”. Trabajo extra, esfuerzo extra, amor extra, alma extra. Así puedes encontrar tu verdad, y de esa manera tu lugar en el mundo.
Foto: © Fadil Berisha