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Raffaella Lupinacci, mezzosoprano: "Tanto en Rossini como en Donizetti el texto es fundamental"

La Dutch National Opera de Ámsterdam acoge hoy el estreno de una nueva producción de Anna Bolena de Gaetano Donizetti, contando con la mezzosoprano italiana Raffaella Lupinacci como Giovanna Seymour. Aprovechando la ocasión, charlamos con ella para conocer más a fondo los inicios de su trayectoria, tan vinculados a Rossini y al bel canto, así como sus planes futuros.

Su carrera comenzó muy cerca del maestro Alberto Zedda. ¿Qué recuerdos tiene de él? Y por extensión, ¿qué ha significdo Rossini para usted y para su voz?

El comienzo de mi carrera y mi amor por el mundo de Rossini se lo debo al maestro Zedda. Un hombre extremadamente culto con una personalidad incontenible. Con mucho cariño, y a veces también con severidad, me enseñó el estilo rossiniano y cómo afrontar con personalidad este difícil y extraordinario repertorio.

Con Rossini aprendí a tener un mejor uso de mi instrumento; la conciencia del control técnico me permitió crecer como intérprete y potenciar al máximo el aspecto escénico. Rossini para mí es técnica, disciplina, control de cada matiz y detalle, en la búsqueda continua por el logro de la suavidad.

¿Cuándo descubrió su voz? Me gustaría saber algo más sobre su formación y los primeros pasos de su carrera.

Descubrí que tenía predisposición por el canto lírico siendo una niña. Desde niña canté con una voz natural, sin saber bien lo que hacía. A los seis años comencé a estudiar piano, a los quince comencé mis estudios de canto lírico en el Conservatorio de mi ciudad, el San Giacomantonio de Cosenza. Estudié música y al mismo tiempo cursé el Liceo Clásico y la Universidad, donde me licencié en Lenguas y Literaturas Modernas.

¿Cómo describiría su voz? ¿Y qué repertorio le parece el más adecuado para ella?

La mía es una voz de mezzosoprano, que encuentra terreno fértil en todo el bel canto y en parte del repertorio francés. Me siento muy cómoda en papeles que a menudo se consideran dudosos: Giovanna Seymour es sin duda uno de ellos, al igual que Adalgisa. Mi deseo es continuar lo más posible con este repertorio.

El bel canto parece ser el centro mismo de su agenda en este momento. Creo de hecho que esta Giovanna Seymour es tu tercer papel en Donizetti. ¿Qué diferencias encuentra entre el belcanto de Rossini y el de Donizetti?

El canto de Donizetti está más explicado, por decirlo de alguna manera. Requiere de un uso cuidadoso y específico de la respiración: debe estar más orientada a la suavidad en la interpretación de frases largas enlazadas. El canto de Rossini se centra mayoritariamente en una tensión física, lo que no significa ausencia de dulzura. La tensión muscular te permite ejecutar y controlar todas las notas que escribió Rossini; el reto está en poder hacerlo manteniendo la suavidad y la ligereza. Tanto en Rossini como en Donizetti el texto es fundamental: el cuidado de la palabra y la elegancia en la entrega de las frases son los principales elementos de unión de los dos grandes compositores.

"Mi amor por Rossini se lo debo a Alberto Zedda"

También ha interpretado algunos papeles barrocos y mozartianos. ¿Se siente también cercana a esta parte del repertorio? No en vno creo que Donna Elvira ha sido un papel importante para su carrera.

Me atrae mucho el mundo barroco, pero más aún el mundo mozartiano. Mozart es clase, control sonoro, pureza, elegancia, pasión. Me resulta extremadamente difícil cantar bien a Mozart y creo que es un repertorio que todo el mundo debería estudiar, pero luego lo abordas cuando estás realmente preparado para hacerlo y cuando ya tienes una sólida comprensión de la técnica.

Donna Elvira es el papel que más me gusta y que siempre acojo e interpreto con extrema ilusión. Hay varios papeles mozartianos que me gustaría estrenar; entre estos, por ejemplo, Sesto, Idamante y quizás Vitellia… quién sabe.

Me gustaría conocer sus impresiones sobre el personaje de Giovanna Seymour, un rol realmente importante para el desarrollo de la trama en Anna Bolena.

Giovanna es un personaje lleno de contradicciones. Está en constante conflicto entre el sentimiento de culpa hacia Anna y su deseo de convertirse en reina. Probablemente ama al rey, pero no parece ser ingenuo y estar completamente desligado del ansia de poder. Me gusta leerlo como un personaje sensible, pero extremadamente decidido a lograr ciertas metas: ¡seguirá siendo una reina!

¿Tiene alguna referencia entre las mezzosopranos del pasado?

Hay varias mezzosopranos del pasado que me encantan y escucho, diferentes entre sí por la variedad del repertorio. Si pienso en Rossini, no puedo dejar de mencionar a Lucia Valentini Terrani. Si pienso en Donizetti, inevitablemente resuena en mí la voz de Fiorenza Cossotto. Escucho con placer a grandes cantantes del pasado como del presente, pero siempre con cierto desapego. No me gusta emular, sino alimentar mi sed de conocimiento, eso sin duda.

Finalmente, ¿cuáles son sus planes para los próximos meses?

Después de Amsterdam, decidí darme dos meses de vacaciones y estudio en profundidad, antes de comenzar de nuevo con mis próximos compromisos. Estos incluyen mi debut en el papel de Romeo en I Capuleti e I Montecchi en Vilnius, el debut como Desdémona en el Otello de Rossini en el festival Belcanto de Tokio; luego regresaré a Bruselas, donde interpretaré los papeles de Giovanna Seymour en Anna Bolena y Sara en Roberto Devereux en el ambicioso proyecto 'Bastarda'. El proximo verano, con mucha alegría, volveré al Festival de Ópera Rossini para interpretar el hermoso papel de Arsace en Aureliano en Palmira.

Foto: © Chiara Mirelli