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Josetxu Obregón: "La música antigua en España vive seguramente su mejor momento"
El violonchelista Josetxu Obregón se ha labrado una importante reputación en el panorama de la música antigua y barroca en nuestro país. Liderando La Ritirata desde hace ya década y media, el músico bilbaíno afronta un intenso calendario estival. Conversamos aquí con él para conocer más en detalle sus próximos compromisos, incluyendo su creciente desempeño como director musical. Hoy en el Festival de San Lorenzo, en El Escorial, recuperan Escipión en España de Alessandro Scarlatti.
Esta semana, en El Escorial, presentan la recuperación de Escipión en España de Alessandro Scarlatti. ¿Cuándo se encontró con esta partitura y en qué momento decidió recuperarla? Creo que se trata de la primera interpretación en tiempos modernos de la partitura, si no me equivoco.
Sí, hasta donde nosotros sabemos es la primera vez que se interpreta en tiempos modernos, desde su estreno en el Teatro de San Bartolomeo, en Nápoles, en 1714. No deja de sorprenderme que haya música de tantísima calidad, de músicos como Alessandro Scarlatti, que esté ahí sin interpretarse. Siempre da un poco de vértigo hablar de la primera interpretación en tiempos modernos; garantizar eso es muy difícil, seguramente en algún momento se pudo interpretar total o parcialmente pero no hay constancia de ello hasta donde nosotros sabemos.
En todo caso, desde La Ritirata llevamos mucho tiempo interesados por la figura de Alessandro Scarlatti y le hemos dedicado ya varios proyectos. Incluimos por ejemplo algún concierto suyo en un disco que hicimos con conciertos napolitanos. También dedicamos un disco, hace unos años, a las cantatas con flauta de pico y violines obligados. Y ya más recientemente, en torno a la celebración del 300 aniversario de su fallecimiento, hemos lanzado la grabación del oratorio Il giardino di rose con Deutsche Harmonia Mundi, encabezado por Núria Rial. Un oratorio que hemos hecho bastante en concierto y que seguiremos haciendo, como el próximo 11 de septiembre en la Concatedral de Cáceres.
© Noah Shaye
Es todo un hallazgo este oratorio que menciona, contiene música bellísima y la grabación es preciosa.
Sin duda, y pasa lo mismo con este Escipión en España, es todo un descubrimiento, es una ópera con mayúsculas. En El Escorial no la hacemos entera sino una selección, la ópera completa es bastante extensa y me gustaría poder hacerla algún día.
Es extensa porque está concebida en tres actos y además, como era habitual en la época, hay una trama paralela en clave cómica, con una serie de interludios cómicos -que curiosamente sí están grabados- entre una mezzosoprano y un bajo. La ópera completa en tres actos y con estos interludios superaría las tres horas de duración.
Nosotros hemos hecho una selección de aproximadamente una hora y media, basándonos en la trama principal con los tres protagonistas. Es una música realmente variada y ocurrente, con una forma muy detallada de caracterizar a cada uno de los personajes, por parte de Scarlatti.
En esta ocasión contaremos con un elenco encabezado por el tenor Pablo García López en la parte de Escipión, precisamente, junto a Alexandra Tarniceru como Sofonisba y Bruno Campelo como Luceio.
© Noah Shaye
Desde su dilatada experiencia reivindicando la figura de Alessandro Scarlatti, ¿cree que su figura está bien reconocida hoy en día? En España tengo la impresión de que nos hemos fijado más en Domenico que en Alessandro.
Efectivamente. Y tiene su lógica que haya sido así, porque Domenico tuvo una relación más directa con la España de su tiempo. Lo realmente singular de Alessandro es su maestría con el arte del recitativo; me atrevo a decir que no hay nada comparable a lo suyo en la ópera barroca tardía. Y seguramente, en este sentido, no ha sido debidamente reconocida su aportación.
Este año, no obstante, con la excusa del 300 aniversario la verdad es que ha sido una maravilla ver cómo se ha reivindicado su legado. Aparte de lo que nosotros hemos podido hacer con La Ritirata me ha alegrado mucho ver a tantos grupos y festivales en España estrenando música de Alessandro Scarlatti. El CNDM por ejemplo tiene algunos conciertos dedicados a Scarlatti en su próxima temporada. Realmente queda mucha de su herencia por conocer y recuperar. Nosotros, desde La Ritirata, seguiremos apostando por su figura, sin duda.
Tengo la impresión de que el surgimiento de grupos dedicados a la música antigua y barroca en nuestro país ha cambiado mucho en apenas un par de décadas. Prácticamente cada año surgen nuevos grupos y el nivel medio es altísimo. Desde su experiencia, con tantos años dedicado a la recuperación del patrimonio musical en España con La Ritirata, ¿diría que vamos por el buen camino o hay una cierta burbuja en torno a esta cuestión?
Yo en líneas generales soy muy optimista. Cada vez hay más grupos y mejores; las nuevas generaciones se forman cada vez más y mejor e incluso desde antes. En mi caso, como en el de tantos compañeros de mi generación, yo hice toda mi formación con el violonchelo moderno y fue después cuando me puse con el barroco; pero a día de hoy muchos músicos estudian en paralelo ambas facetas desde muy pronto y esto es fantástico.
Da un poco de vértigo, es cierto, el ritmo al que van surgiendo nuevos grupos dedicados a este repertorio. En España creo que casi cada intérprete que empieza a tener algo de carrera monta su grupo como algo natural. Pero en principio creo que es algo positivo; el tiempo y la trayectoria de cada uno termina por ponerlo todo en su sitio.
Desde luego, para el público y para los festivales y entidades que programan es fantástico tener tanta oferta y tanta actividad en torno a este repertorio. Raro es el festival, hoy en día, que no incluya la música barroca y antigua en su programación, sin ser necesariamente un festival especializado en este repertorio. Esto era algo inimaginable en España hace apenas veinte años.
Quizá haya algo de burbuja o de moda, pero la sensación general es que todo avanza a más y a mejor. Mi valoración general es muy positiva. La música antigua en España vive seguramente su mejor momento.
© Samuel Pereira
En 2026 dedicarán también un espacio importante de su agenda a celebrar el bicentenario del fallecimiento de Arriaga, otro autor con el que usted mismo y La Ritirata han estado muy vinculados. Creo que van a protagonizar un homenaje en Bilbao, precisamente en el teatro que lleva el nombre del compositor bilbaíno.
Sí, siendo además yo mismo de Bilbao, estoy muy feliz y agradecido por esta invitación que nos llegó desde el Teatro Arriaga. El 17 de enero de 2026, precisamente en la fecha de la efeméride, haremos un programa orquestal con un formato amplio, centrándonos en obras vocales y religiosas que son menos habituales. Dentro de su muy limitado catálogo, hay algunas piezas maravillosas de Arriaga, con dos tenores y bajo, que me apetecía mucho recuperar para esta ocasión. Contaremos con las voces de Juan Antonio Sanabria, Diego Blázquez y Ferran Albrich.
Hace unos años yo mismo grabé la integral de los cuartetos de cuerda de Arriaga con instrumentos de época y ahora, con esta conmemoración, muchos festivales se han interesado por este repertorio. El programa que proponemos este año es una combinación de cuartetos de cuerda de Arriaga con cuartetos de cuerda de Boccherini, que estrenaremos en un festival en Breslavia (Polonia), en el mes de febrero, y giraremos a partir de ahí.
Su trayectoria con La Ritirata está jalonada por una discografía importante. ¿Hasta qué punto tienen sentido hoy en día estos proyectos discográficos? Lo pregunto, no tanto por el sempiterno tema de la crisis en la industria discográfica, que es un hecho, como por todo el trabajo de investigación y recuperación patrimonial que suelen llevar aparejados estos discos. ¿Compensa el esfuerzo? También tengo la sensación de que cada nuevo grupo que surge en torno a este repertorio se lanza a grabar un disco lo antes posible, seguramente como estrategia de promoción, en busca de nuevos conciertos.
Bueno, desde luego no compensa a un nivel monetario, por así decirlo. Cuando nos planteamos una grabación, como esta última de Scarlatti por ejemplo, hay un largo proceso en el que primero buscamos la obra, identificamos su interés, recuperamos su documentación, la editamos, etc. Y de ahí pasamos a interpretarla, ya sea en conciertos o directamente en la sala de grabación, con el consiguiente trabajo de edición, promoción, etc.
Las grabaciones serían inviables sin asumir un cierto riesgo por parte del grupo y sin las subvenciones públicas o privadas que podamos conseguir para poderlas sacar adelante. Las discográficas, ciertamente, no están para muchas fiestas hoy en día, pero en mi caso me considero afortunado de poder mantener una larga relación con un sello con el que hemos trabajado mucho, Glossa, con el que hemos colaborado siempre muy bien.
Este último proyecto en torno a Scarlatti, no obstante, lo grabamos con Deutsche Harmonia Mundi, que pertenece a la multinacional Sony, y ha sido una forma distinta de trabajar, también muy interesante para nosotros. Nosotros llevamos ya muchos años en esto y afortunadamente podemos, hasta cierto punto, escoger con quien queremos grabar; pero muchos grupos que empiezan se tienen que autoeditar o montan incluso su propio sello.
El futuro de las discográficas yo no lo veo tan negro, debo decir; es evidente que no hay tanto porvenir para el disco físico, salvo en algunos países muy concretos como Alemania, Austria y Japón. Pero ahí está el mundo del streaming, están cambiando las cosas y las discográficas se están poniendo las pilas. Sony, por ejemplo, para nuestro oratorio lanzó un single antes de que saliera el disco entero, algo que yo nunca había visto hacer en el mundo de la música antigua.

Cambiando de tercio, en su agenda ha ido cobrando protagonismo su labor como director, más allá de su desempeño como violonchelista. Es una faceta que ya había explorado liderando La Ritirata, pero creo que es algo a lo que quiere ir dando cada vez más espacio en su calendario, como sucederá en noviembre con el concierto con músicos de la Orquesta y Coro Nacionales de España.
Sí, de los compromisos de esta próxima temporada este es uno de los que más me ilusionan. Además haremos un programa íntegramente dedicado a cantatas de Johann Sebastian Bach, una autentica gozada, con un conjunto de solistas de la Orquesta y Coro Nacionales de España, en su ciclo Satélites. Estaré dirigiendo ese programa pero también intervendré al cello en una cantata que tiene un aria para cello piccolo obligado.
Durante muchos años, con La Ritirata, siempre que podía optaba por dirigir desde el violonchelo. Pero cada vez más he ido explorando la posibilidad de estar al frente de la versión musical desde el podio, se maneja la situación de otra manera, es evidente. Si las cosas fluyen, no hay tanta diferencia; pero cuando hay que intervenir en algo, es mucho más operativo estar como director, sin el instrumento. Esto es algo que haré también ahora en El Escorial, en esta versión de Escipión en España, con dirección de escena de Ignacio García, todo un referente en el teatro de nuestro país.
Por último, en su agenda más inmediata creo que tienen también compromisos en la Quincena Musical de San Sebastián y en el Festival del Camino de Santiago.
Efectivamente. Acabamos de estar en el Festival de Música Antigua de los Pirineos, haciendo quintetos de Boccherini, en línea con el disco que publicamos hace un tiempo y que se titula Fandango.
Y después de este Escipión en El Escorial pasaremos por el norte de España con un programa que se titula Amor místico. Con la mezzosoprano Beatriz Oleaga y con la actriz Manuela Velasco combinamos música sacra con poesía, en torno a la temática del amor divino, con autoras como Teresa de Jesús o María de Zayas. Es una combinación muy bonita entre poesía y música.
Más adelante, ya en septiembre, dirijo nuevamente Il giardino di rose, en la Concatedral de Cáceres. Y tendremos luego el Stabat Mater de Boccherini con Núria Rial, tanto en Tenerife como en la Fundación March.