Katerina Tretyakova Kartal Karagedik 2© Kartal Karagedik

Katerina Estrada Tretyakova: "Es un placer regresar una vez más al escenario del Liceu"

Formada en Vilnius, en Lituania, la soprano Katerina Estrada Tretyakova está estrechamente ligada a nuestro país desde que se alzase con el primer premio en el Concurso Viñas, en el año 2013. Desde entonces ha hecho de Barcelona su residencia y el Liceu ha sido su casa. Regresa ahora al teatro de las Ramblas para formar parte del elenco de Akhnaten de Philip Glass. Hoy se ofrece un pre-estreno para menores de 35 años y el domingo tendrá lugar la première de estas funciones. Conversamos con ella para conocer con más detalle su experiencia con esta obra y sus más recientes y próximos compromisos.

Regresa ahora por cuarta vez al escenario del Liceu. Sería bueno recapitular sus anteriores ocasiones en el teatro barcelonés.

Sí, es un placer para mí regresar una vez más al escenario del Liceu; al fin y al cabo es el teatro de mi ciudad, aquí me siento como en casa. Yo ya había participado una primera vez en el Concurso Viñas en 2008 y regresé después en 2013, año en el que obtuve el primer premio del certamen. 

La primera vez que actué en el Liceu como profesional fue en octubre de 2017 con Un ballo in maschera haciendo el papel de Oscar, en la producción de Vincent Bousard y con Renato Palumbo a la batuta. Para mí fue una oportunidad extraordinaria, tuvo mucha visibilidad; fue una producción retransmitida en video a través del canal Mezzo, con Piotr Beczala como protagonista, junto a Carlos Álvarez y Keri Alkema. 

Dada la evolución de su carrera para aquel entonces, quizá a algunos les pudo sorprender escucharla en un rol como Oscar.

Sí, yo en aquellos años ya estaba cantando Violetta, Lucia, Adina… y Oscar no era un papel que yo tuviera en mente cantar en ese momento, quería dejarlo atrás de hecho, pero lo cierto es que fue una experiencia estupenda. Tengo muy buen recuerdo de esas funciones, tan bien rodeada por estos compañeros.

Creo que regresó nuevamente al Liceu en 2018, apenas unos meses después de ese Ballo in maschera, esta vez para protagonizar Roméo et Juliette de Gounod. 

Sí, en febrero de 2018 regresé al Liceu para protagonizar Roméo et Juliette junto a Saimir Pirgu, en una producción de Stephen Lawless, con dirección musical de Josep Pons. El vestuario de esa producción era precioso, lo recuerdo bien. En mayo de ese mismo año hicimos esta misma producción en Valladolid, allí con Celso Albelo como Roméo. 

tretyakova_juliette_Liceu_A_Bofill.JPG© A. Bofill | Gran Teatre del Liceu 

Y finalmente actuó por tercera vez en el Liceu en 2021, como Musetta en La bohème. 

Sí, eso tuvo lugar entre junio y julio de 2021, en una producción de Àlex Ollé, con Giampaolo Bisanti en el foso. Musetta es un rol que canté muchas veces en Hamburgo, lo hice también en Seúl.

A día de hoy ya he debutado también el rol de Mimí y estoy ampliando mi repertorio hacia un territorio más lírico, con roles como Micaëla y estoy experimentando con títulos como Madama Butterfly o Jenufa, pensando en el futuro más inmediato. Nedda de Pagliacci ya está en mi agenda, siempre compatibilizando estos títulos con los roles que han formado parte de mi agenda hasta ahora, como Gilda o Julieta. En el futuro me planteo cantar papeles como Norma, Leonora en Il trovatore o Elettra en el Idomeneo de Mozart.

Uno de sus papeles fetiche, por así decirlo, es Violetta en La traviata. Quizá el único que le falta cantar en el Liceu, de los que conforman el núcleo más fuerte de su repertorio.

Sí, Violetta es un papel importantísimo para mí. Lo he cantado en teatros de todo el mundo, como la Staatsoper de Berlín, la Semperoper de Dresde… en muchos sitios, también en mi casa, en Lituania lo hice años atrás. Y es un papel que me gustaría también cantar aquí en España, por supuesto.

 

Recapitulemos brevemente su trayectoria. Creo que usted estuvo una larga temporada vinculada a la Staastoper de Hamburgo.

Sí, fueron en total ocho años vinculada a la Staatsoper de Hamburgo. Tras mi debut en Salzburgo audiciones para varios opera studios y escogí quedarme en Hamburgo. Fueron unos años muy importantes para mi carrera; allí, primero en el opera studio y después en el ensemble, pude preparar muchos papeles, debuté roles principales y gané una enorme experiencia, desde Mozart a Wagner y en diversos idiomas.

No obstante, hay que estar bien preparado para afrontar lo que implica formar parte de un ensemble. Todo va muy deprisa y no siempre hay el tiempo suficiente para prepararlo todo bien. Yo debuté Gilda por ejemplo con tan solo cinco días de ensayos y sin haber tenido contacto alguno con la orquesta hasta mi primera función.

Hablemos ahora de esta producción de Akhnaten de Philip Glass que le trae de vuelta al Liceu. Imagino que es un reto importante, la música de Glass es muy especial y la producción es exigente. ¿Cómo están siendo los ensayos?

Están siendo unos ensayos muy intensos, pero muy bonitos; es un proyecto muy especial. Phelim McDermott, nuestro director de escena, es extraordinario. Nos propone trabajar con una dinámica muy especial, generando una energía muy particular entre todo el elenco.

McDermott desarrolla toda la escena como a cámara lenta y para lograrlo tenemos que tener una concentración muy alta. me recuerda a mis estudios con una profesora que había trabajado con el Método Stanislavski. Es un trabajo de búsqueda personal que genera a su vez una idea colaborativa de lo que desarrollamos en escena, es muy interesante.

Esta propuesta de McDermott nos hace sentir más que cantantes, uno siente que tiene la responsabilidad de generar una energía especial por decirlo de alguna manera. Y ciertamente la música de Glass necesita de esto precisamente. Los ensayos son como un ritual y hemos creado una auténtica familia durante estas semanas de trabajo.

tretyakova_akhnaten_sergi_panizo.jpg© Sergi Panizo

¿Y cómo es enfrentarse al lenguaje musical de Glass? Creo que Karen Kamensek, la directora musical de estas funciones, es una auténtica especialista en este repertorio.

La música de Glass efectivamente es muy especial. Karen Kamensek marca todo de una manera clarísima, es maravillosa. Yo ya había trabajado con ella hace unos años en Madrid, en el estreno en España de la Missa latina de Roberto Sierra, con la ORCAM.

Lo complicado de la música de Glass es que puede dar la impresión de repetirse una y otra vez, pero en realidad no deja de cambiar en ningún momento y es música difícil de medir, con muchas repeticiones. Pero funciona, es una música que logra una conexión emocional muy especial. Y para todo esto la ayuda de Karen Kamensek y todo el equipo musical del Liceu está siendo un regalo.

¿Cómo se memoriza una partitura así? Imagino que el reto es muy distinto al de memorizar una Adina o una Violetta.

Efectivamente, no tiene nada que ver. No es especialmente difícil, pero hay que acostumbrarse a una música que funciona de otra manera. La suerte en este caso ha sido contar con una producción como la de Phelim McDermott, galardonada con un Grammy cuando se grabó en video, en ocasión de las funciones que se hicieron en el Metropolitan de Nueva York. Esa grabación me ha ayudado mucho a memorizar el rol antes de estos ensayos.

El papel que yo canto, el de la Reina Tye, no tiene el protagonismo de una Violetta o una Gilda, pero tiene mucho que cantar. En toda mi vida cantando papeles principales, de gran complejidad técnica en algunos casos, nunca me había enfrentado a un reto tan grande. El papel de la Reina Tye, y lo mismo que sucede con otros roles de esta ópera, está escrito a menudo sobre el pasaje y hay notas cortas que se repiten de manera constante.

Esta ópera es realmente un reto físico, a nivel muscular y a nivel técnico, en términos de respiración. Y todo esto sumado al movimiento escénico a cámara lenta que le decía. Realmente esta ópera requiere una gran concentración por parte de todo el equipo artístico.

Katerina_Tretyakova_Kartal_Karagedik_3.jpg© Kartal Karagedik

Por último, es bien sabido que su pareja es el pianista Ricardo Estrada, quien sufrió un severo accidente cerebrovascular en 2021. Desde entonces creo que Ricardo ha evolucionado bastante, ¿cuál es su situación ahora mismo?

Sí, es curioso porque Ricardo estuvo también presente en aquellos primeros proyectos en el Liceu que mencionábamos, como Un ballo in maschera, donde él fue de hecho asistente de Renato Palumbo.

Ricardo está mejorando lentamente y él está deseando retomar la actividad de antes, le encantaría estar estos días conmigo en el Liceu rodeado de músicos y cantantes, pero para eso todavía tenemos que esperar un tiempo. En casa toca poco a poco el piano, con su mano derecha y está componiendo música. Agradezco a toda su familia, especialmente a sus padres y a su hermana Carolina, por todos los cuidados y el tiempo que han dedicado y dedican a Ricardo. Sin su apoyo, y el de mi madre y mi niñera ucraniana, yo no podría seguir cantando y haciendo mi carrera profesional, con una agenda más flexible.

Lo cierto es que poco a poco Ricardo va retomando algunas actividades. Este año por ejemplo se ha llevado a cabo la primera edición del Concurso de Canto de la UIC, en memoria de Conxita Badia. Ricardo ha sido miembro de honor del jurado de este concurso y estuvo también presente en las clases magistrales de José Bros, imagino que dando también algún consejo desde su experiencia de tantos años como pianista.