Elogio del clasicismo
Barcelona. 11/05/2021. Palau de la Música Catalana. Mozart: Concierto para piano no. 21. Beethoven: Concierto para piano no. 1. Rudolf Buchbinder, piano y dirección musical. Orquesta Sinfónica Camera Musicae.
La Orquesta Filarmónica de Hong Kong tenía previsto visitar Barcelona para actuar en el marco del ciclo Palau 100. Sin embargo, las restricciones a la movilidad internacional terminaron por hacer inviable su presencia en la ciudad condal. Como alternativa, el Palau de la Música Catalana mantuvo la presencia en cartel del pianista Rudolf Buchbinder, secundado ahora por la Orquesta Sinfónica Camera Musicae, en un intenso programa que incluía el Concierto para piano y orquesta no. 21 de Mozart y el Concierto para piano y orquesta no. 1 de Beethoven. El propio Buchbinder haría así las veces de solista y director, en una doble faceta que no es nueva para él.
Buchbinder, considerado uno de los grandes intérpretes beethovenianos de su generación, ya había deslumbrado al público barcelonés con su interpretación de la integral de los conciertos para piano del genio de Bonn, junto a la OBC, el pasado mes de febrero. Reconociendo su familiaridad e indudable dominio de este repertorio, no me resisto a comentar cierta impresión de rutina en su hacer durante este concierto. Rutina de altura, entiéndanmente, pero en conjunto dio la impresión de ofrecer lecturas un tanto asépticas y alicaídas.
Su Mozart sonó así bastante caligráfico, sin apenas vuelo poético, inusitadamente lánguido. Y lo mismo cabría aplicar a su Beethoven, un tanto prosaico, más bien epidérmico y por lo general tibio. Visto en conjunto, Buchbinder cultiva un estilo algo periclitado, de un clasicismo un tanto demodé. Y por contradictorio que parezca esa es, a buen seguro, su mayor virtud, lo que hace genuina su personalidad como pianista, pero también supone una limitación evidente.
Así las cosas, un diez para la Orquesta Sinfónica Camera Musicae, por su extraordinario desempeño y por su manifiesta complicidad con el intérprete, al que arroparon en su infrecuente desempeño como director. Flexibilidad, refinamiento, consistencia... las mejores virtudes de una orquesta que vive un momento de dulce y evidente madurez.
Fotos: © A. Bofill
