Camarena Zaragoza22 a

Tiempo de poetas

Zaragoza. 17/01/2022. Auditorio de Zaragoza. Javier Camarena, tenor. Ángel Rodríguez, piano.

La voz en plena forma, el intérprete seguro, la musicalidad a flor de piel y sobre todo poesía, mucha poesía. Así podríamos resumir en pocas palabras la impresión general causada por Javier Camarena en su regreso al Auditorio de Zaragoza. El tenor mexicano, acompañado una vez más al piano por Ángel Rodríguez, presentó un recital con dos partes bien diferenciadas: una primera mitad volcada en la ópera, con piezas de Delibes, Massenet, Donizetti, Verdi y Cilea; y un segundo bloque consagrado a la canción, con obras de Falvo, de Curtis, Cardillo, Perez Soriano y García Abril.

Desde la primera pieza, "Prendre le dessin d’un bijou…" de Lakmé (Delibes), quedó claro que Camarena está en forma: emisión limpia, voz sonora, generosa en caudal, confiada en sus ascensos al tercio agudo y sobre todo dúctil en su fraseo, ahondando en cada resquicio del texto, en busca de la poesía. Y es que esa fue la tónica que marcó todo este primer bloque, con una tendencia admirable a paladear cada palabra, buscando el encanto en cada frase. 

Ensoñador en 'En fermant les yeux' de Manon de Massenet, coqueteando casi con la palabra hablada, a través de una media voz encantadora y tersa. Y brillante 'Spirto gentil', exudando bel canto por los poros, probando su excepcional dominio de este repertorio, donde apenas tiene rival. Este Donizetti fue sin duda el punto álgido del bloque consagrado a la ópera. Siguió después una vívida lectura de 'La mia letizia' de I Lombardi (Verdi). Y finalmente poesía en su máxima expresión en 'Il lamento di Federico' de Cilea. Acariciador en las primeras frases e impetuoso en el desgarro final.

Una primera mitad ejemplar, en suma. Apenas discreparia puntualmente en la elección de algunos tempi. Hubiera preferido así un mayor dinamismo en la página de Lakme y en cambio mayor deleite en La Favorita. Pero ya digo, peccata minuta.

 Camarena Zaragoza22 b

En el segundo bloque de la velada Camarena dejó claro que la canción no es un género de segunda fila, ni mucho menos. Las canciones napolitanas son en realidad exigentes arias de ópera bajo la apariencia formal de un aire popular. En ocasiones, es cierto, se puede tratar de piezas más livianas y desenfadadas, pero en ocasiones estamos ante páginas exigentes, como en el caso de las tres escogidas aquí por el tenor mexicano: "Dicitencello vuie" (R. Falvo), "Ti voglio tanto bene" (E. de Curtis), "Core ´ngrato" (S. Cardillo).

Camarena hilo aquí con el verismo que había aparecido ya en el 'Lamento di Federico' de Cilea al cierre de la primera mitad del recital. Buena prueba de ello fue la desgarradora versión de 'Core ´ngrato'. El programa de la velada se cerraba con dos guiños locales. Por un lado el célebre 'Guitarrico', que la memoria asocia de manera indeleble a la voz del tenor aragonés Miguel Fleta; y "Canto porque estoy alegre", una hermosa canción de el turolense Antón García Abril, fallecido el año pasado.

Como es habitual, el pianista Ángel Rodríguez acompañó a Camarena con grata musicalidad, apabullante firmeza y puntuales derroches de virtuosismo. De hecho, interpretó dos piezas para piano solo, dos arreglos elaborados por él mismo a partir de la célebre Habanera de Carmen (Bizet) y el intermedio de La boda de Luis Alonso (Jiménez). Y finalmente, simpatía y complicidad a raudales en la tanda de propinas, con una versión memorable de 'Malagueña salerosa", tras una encantadora "Muñequita linda".

Fotos: © Auditorio de Zaragoza