Sara Blanch: "Ser cantante y ser músico no debería separarse"
La soprano tarraconense Sara Blanch es una realidad ya entre las cantantes de su cuerda en nuestro país. Anunciada en las próximas principales temporadas líricas, en breve regresará al rol de La reina de la noche, en La flauta mágica de Mozart del Gran Teatre del Liceu. Será bajo la batuta de Gustavo Dudamel y en la mítica produción de David McVicar. De ello, así como de su carrera, su futuro y su presente, hablamos con ella, protagonizando nuestra portada del mes de junio 2022.
La última vez que nos vimos fue en su debut en Bérgamo, en el Festival Donizetti, como Marie en la Fille du Régiment, desde entonces no ha parado su actividad en Italia.
Es cierto, llevo siete meses cantando allí.
¿Cómo es la experiencia en Italia, su modus operandi operístico?
Realmente es otro mundo, es como entrar en un sistema diferente. Allí la burocracia es muy importante, puede llegar a ser muy engorroso. Para pedir un complemento de ropa para un concierto, por ejemplo, tuve que rellenar no sé cuántos papeles…De eso me di cuenta en el Maggio Musicale de Firenze (risas), pero el personal es fabuloso y todos me acogieron muy bien. Me llevo un grande cariño de todos los teatros italianos en los que he trabajado, de su personal y del público. Y en Bérgamo fue muy bonito porque se creó como una gran familia. De hecho era el primer Festival que hacían después de la pandemia y hubo una magia especial.
Ciertamente, es algo que se palpó desde el público. Fue un Festival muy emotivo, donde usted triunfó una vez más. ¿Con cuántos directores de renombre ha trabajado desde entonces?
Allí me dirigió por primera vez Michele Spotti, luego he trabajado con Diego Fasolis, James Conlon, Daniele Gatti, Antonio Pappano, y también Giampaolo Bisanti en el concierto de fin de año en Padova.
Que el país donde nació la ópera la reclame es todo un reconocimiento. ¿Son un público muy diferente al español?
Yo lo he percibido bastante parecido. Si les gustas y se han emocionado contigo, són muy entregados. Aunque es cierto que muchas veces cuando salgo a saludar casi no escucho los aplausos debido a mi propia emoción (risas), pero el calor siempre se percibe. En Italia me han tratado muy bien y hay futuro y perspectivas en los teatros italianos para mi agenda venidera.
Se considera parte de la escuela belcantista catalana que está dando nombres como los de Serena Sáenz o Carles Pachón, ambos también con contratos en el extranjero, cantantes de los que se está empezando a hablar y muy bien.
Puede ser. La verdad es que mi sensación antes de entrar en el circuito internacional es que gané mucha solidez en mis inicios en casa, porqué canté mucho allí y en muchos sitios diferentes. Ópera de Sabadell, giras por Catalunya, festivales varios catalanes, recitales…acumulé mucha experiencia y seguridad en mi misma, o sea que la base sí, fue buena.
En su repertorio brilla el bel canto, pero también demuestra mucha versatilidad. ¿Cómo han sido sus incursiones en el repertorio de Música Antigua?
En mi concierto con Antonio Pappano en Santa Cecilia canté Haendel y la verdad es que me encontré muy a gusto. Me gustaría cantar más música suya y este tipo de estilo, pues se adapta muy bien a mi voz. Con Diego Fasolis canté una ópera desconocida de Cherubini en el Maggio Musicale, de quien recuerdo pedía en el estilo una atención especial con las appoggiature.
El problema vino que nos contagiamos de Covid varios cantantes y tuvimos que cancelar dos funciones. Pero al menos pudimos hacer las tres funciones restantes.
¿Cómo ha llevado la pandemia?
He sufrido tres veces el covid, pero he podido continuar con mi carrera sin mayores problemas. La experiencia ha sido, en computo general, positiva a pesar de todo. No me puedo lamentar.
¿Ha notado algún cambio en la voz después de pasar el covid?
La verdad es que no.
Volviendo a su debut en Roma con la Accademia de Santa Cecilia, fue una experiencia especial según parece.
Hubo una conexión muy grande con todos los músicos de la orquesta y con Pappano también. Me sentí especialmente a gusto, muy valorada por la orquesta, con un feeling especial. ¡Una gran experiencia entre músicos!
¿Qué es para usted ser músico?
Es una pregunta difícil. Primero de todo es mi pasión, es mi manera de expresarme mejor, mi manera directa de conectar con la gente, a través de la música. También es un estilo de vida, viajes, cambios, gente y lugares diferentes. Es un lenguaje que te permite conectar con las personas y que en este contacto, con este lenguaje, haya profundidad de conciencias y poder cambiar cosas. Que ese sentimiento provoque un cambio en el interior de esas personas, que se llegue a un conocimiento personal más íntimo. Ser cantante y ser músico no se debería separar y a veces pasa.
Y sin embargo también hay profesionales de la música… que no parecen sentir la música.
Un músico ha de estar involucrado con lo que hace, si no lo están eso se nota. Los músicos tienen una responsabilidad, aunque tengas una posición fija con una orquesta, un músico se ha de implicar siempre con su trabajo, no está en una oficina. Es cierto que a veces uno percibe esa rutina en el trabajo con alguna orquesta, pero yo siempre intento aportar algo, un cierto entusiasmo de manera natural. Sigo manteniendo mi energía personal. Aunque yo siempre me he encontrado a gusto en mi vida laboral.
A todo esto, con la fecha de su debut en el ROF de Pesaro en 2013, este año que viene cumplirá diez años de carrera. ¿En qué punto vocal y artístico se encuentra Sara Blanch ahora?
Han pasado muchas cosas y los años también y casi no he sido consciente. Mi voz ha evolucionado muy positivamente, he trabajado mucho mi técnica y yo eso lo noto en el escenario, pues he ganado seguridad. Uno siempre intenta mejorar, soy mucho más consciente de mi instrumento y sus recursos. Por ejemplo soy consciente de haber ganado colores con mi voz, he ganado cuerpo en el centro de mi tesitura, sobre todo. Por eso volver a cantar la Reina de la noche ahora es todo un reto.
Es un papel que le ha acompañado desde sus inicios en la Ópera de Sabadell y que ha cantando bastante.
Bueno, no tanto, lo he cantado en cuatro producciones. Es un rol que canté dos veces en Sabadell, en la escuela de ópera y a nivel profesional, en el Teatro de la Maestranza de Sevilla y en Salerno, en una versión cantada en italiano…y ahora lo retomo en el Liceu. Y sí, es un papel que conozco, pero es la Reina. Tiene una tesitura tan limite que te pide una exigencia extra. La Reina de la noche siempre es compleja, te exige encontrar un equilibrio entre la fuerza, la energía y la elasticidad de la voz, controlar bien la extensión vocal. Ha habido una evolución en mi carrera y tengo la sensación de estar a la expectativa a ver qué tal me encuentro ahora con el rol.
¿Qué significa para usted trabajar con Gustavo Dudamel?
Siempre impone trabajar con alguien tan reconocido, aunque yo siempre trabajo lo mejor que puedo para dar lo mejor de mí, y hasta allí mi aportación. El resto ya se verá. Pero, ¡Con ganas de conocerlo y trabajar con él!
El Liceu lo conoce bien, pues has cantado Rossini, Mozart, ópera contemporánea, debut como Zerbinetta…y ahora vuelve con Mozart. Para usted es volver a casa, donde no se puede negar que es profeta en su tierra.
Tengo mucha suerte de poder decir que sí. Con el cambio de dirección artística ahora se valoran más las voces de aquí, lo noto y lo veo también con mis compañeros. Abrir temporada del Liceu con el debut como Zerbinetta de la Ariadne auf Naxos de Richard Strauss y cerrarla, de alguna manera, con la Reina de la noche de La flauta mágica de Mozart es todo un privilegio.
Ahora que menciona los compañeros, ¿mantiene contacto con la generación española de la que formas parte?
El compañerismo existe y el buen ambiente también, contacto de mensajes yo especialmente no. Claro que tengo grupo de Whatts, como uno que mantengo de cuando estuve en el Festival de Wildbad con compañeras como Marina Viotti o Serena Sáenz. Claro que nos mensajeamos si tenemos alguna duda o pregunta sobre algo práctico a nivel profesional, pero cada uno va a la suya y se centra en su carrera como debe ser. Yo encuentro que en mi experiencia si hay compañerismo y buen ambiente.
¿Sigue a las divas de la nueva generación internacional como Nadine Sierra o Lisette Oropesa?
Sí las sigo en las redes sociales y escucho cosas que cuelgan, pero sin mayor preocupación. Me gusta mucho lo que hacen eso sí.
¿Y cómo gestiona Sara Blanch sus redes sociales?
Busco profesionalidad y discreción. Me gusta sentirme cómoda con lo que comparto y estar al día de mi actividad profesional pero sin obsesionarme. También uno aprende con el día a día a gestionarlas y llevarlas a gusto con el carácter de una. Aunque también confieso que a veces no me interesan en absoluto e incluso me cansan… va a temporadas, si me apetece puedo dedicarle bastante tiempo pero sino, no!
Hablando de divas, ha mencionado en alguna ocasión que es muy fan de Cecilia Bartoli.
Es que Cecilia es Cecilia. De hecho, me llamaron para cantar con ella en Zurich ¡y tuve que decir que no! Me coincidía con un contrato en el Maggio Musicale Fiorentino y no pudo ser. Me dio mucha rabia porque es la segunda vez que me pasa. Pero creo que las cosas, si han de pasar, pasan, no me gusta darme extra de presión en ese sentido. Pienso lo mismo con los debuts en los teatros que todavía no he cantado. Que salga lo que tenga que salir por el trabajo realizado, sin prisas y sin presión, sino como consecuencia de ello.
A nivel grabación de CD, ¿hay algún plan de futuro? Porque en DVD parece que si habrá grabaciones.
Tengo grabada la Matilde di Shabran desde Wildwad por el sello Naxos y saldrá el DVD de La fille du régiment desde el Festival de Pesaro. Tanto la ópera de Cherubini Lo sposo di tre, e marito di nessuna grabada en el Maggio como el Orphée et Eurydice también saldrán en DVD. Próximamente también grabaré en verano la ópera Adina de Rossini en Wildbad.
A propósito de del Festival de Wildbad, centrado en Rossini, pero situado en Alemania. ¿Cómo lleva el alemán y su repertorio?
Haber cantado la Reina de la noche de Mozart y la Zerbinetta de Strauss me ha dado grandes satisfacciones. No hablo alemán, aunque comencé a estudiarlo, pero una vez finalizada la Zerbinetta al cambiar de rol y de idioma, tocaba Marie de La fille en francés, y me di cuenta de que hay que centrarse en lo que uno está haciendo y me focalicé en el francés. Así que mi manera de enfocar los diferentes idiomas en mi trabajo es, centrarme en lo que uno está haciendo, sea el idioma que sea, entender bien lo que se canta, transmitirlo bien y que la gente te entienda, si eso pasa misión cumplida. Cuando debuté Zerbinetta, mi coach de alemán me dijo que estaba preparada para cantarla en Alemania. De hecho me llamaron desde Munich para hacerlo pero no pude por compromisos profesionales de nuevo en Florencia.
Si Sara Blanch ha tenido que decir que no por compromisos profesionales a cantar con Bartoli en Zurich o cantar Zerbinetta en Munich, dice mucho de lo bien que está haciendo las cosas. ¿Cómo combina lo que le ofrecen y lo que le gustaría cantar?
Estoy llegando a un momento donde empiezo a poder elegir lo que quiero cantar. Sin embargo, también hay muchas cosas que me gustaría hacer, pero que necesitan tiempo, como por ejemplo grabar un CD. De hecho, Diego Fasolis me lo propuso, pero de momento no ha podido ser porque se ha de hablar de un proyecto específico, con tiempo, buscar un mes, fechas concretas etc.
También me han ofrecido muchas veces La traviata y no me veía todavía preparada. Ahora sí. No obstante, como todavía puedo abordar repertorio bastante ligero, ha habido roles que he ido dejando para más adelante, como por ejemplo Gilda, que la quiero cantar ya. He tenido ofertas para cantarla que no cuajaron por calendario. Estaba esperando tener el centro vocal que ya noto y me veo en mi momento ideal para cantarla.
¿Qué significa Verdi para usted?
Verdi siempre tiene un trasfondo psicológico muy fuerte. Una verdad que al cantarla remueve por dentro. Poder poner la voz al servicio de Verdi es un privilegio. Canté Oscar de Un ballo in maschera en el Teatro Real y me lo pasé muy bien. Creo que Oscar es un rol para pasárselo bien y fue muy divertido cantar como hombre, de las pocas ocasiones en que puedo abordar un rol travestido y lo disfruté mucho.
Ahora que menciona Gilda, ¿Es Rigoletto de sus óperas favoritas?
Yo no tengo óperas favoritas. No tengo nada favorito en la vida en general, porque me gusta todo. Las cosas pasan y según el momento de mi vida me apetece una cosa u otra, o sea que no, no tengo una ópera ni un compositor favorito. Ahora, por ejemplo, me siento Gilda, quiero debutar Gilda.
¿Siente presión por cantar en casa? ¿Cómo lleva las críticas?
La primera que se juzga soy yo misma. Sé perfectamente lo que he dado o no en el escenario, y lo que me ha salido mejor o peor. Yo misma soy mi primera referencia, luego ya va a gustos y aquí uno no puede hacer nada. No suelo leer las críticas, pero siempre te llegan. Hay criticas de todo como en todas partes. Nosotros estamos muy expuestos a estar juzgados y criticados y somos conscientes de ello, forma parte de nuestro oficio. Con alguna crítica es cierto que se agradecería un poco de humanidad o empatía con el artista que se sube al escenario porque pueden ser muy desagradables.
Quizá es una pregunta retórica pero: ¿Prefiere una crítica buenísima de un crítico famoso por su exigencia o una gran ovación del público?
¡Una gran ovación sin duda! Uno lo que busca es la respuesta del público.
Foto: Joan Manuel Baliellas.