Xavier Sabata Elbis Peralada

Solo ante el peligro

Peralada. 12/08/2018. Festival Castell de Peralda. El Bis. Obras de Haendel, Orlandini, Bononcini, Cavalli, Chueca, Lady Gaga, Strauss, Sondheim, Antony and the Johnsons y Wagner. Xavier Sabata, contratenor. Rafael R. Villalobos, dir. de escena. Dani Espasa, dir. musical.

El Festival Castell de Peralada ha apostado este año por un nuevo escenario, en la terraza del Hotel Peralada Wine Spa & Golf. Para la ocasión el contratenor barcelonés Xavier Sabata, a la sazón artista residente del Festival durante esta edición, ha protagonizado un espectáculo que podría calificarse de work in progress, dado su caracter experimental, constituyendo de alguna manera una búsqueda abierta aún a próximos matices, conforme el espectáculo alcance a tener una vida más larga en otros escenarios. Con dirección de escena y textos de Rafael R. Villalobos, responsable también este año de Acis y Galatea de Haendel en Festival, la propuesta venía respaldada en lo musical por Dani Espasa y un solvente cuarteto de cuerdas. 

La idea es muy buena y tiene como punto de partida la situación posterior a un espectáculo cualquiera, una vez que el artista de turno ha recibido los aplausos de rigor, ha correspondido con un bis y se encuentra un día más frente al espejo, en la soledad de su camerino, enfrentado a sus miserias, sus miedos y sus anhelos. Risa, llanto, emoción... verdad; todo eso se sucede en este espectáculo de aires experimentales, tan valiente y arriesgado como resultón.

El espectáculo se resiente, no obstante, de algunos instantes de menor continuidad, quizá porque el número sobre la pieza de Lady Gaga, lejos de constituir un episodio vergonzante, ante el que el público se viera retraido, fue uno de los puntos álgidos de la velada, dado el extremo tan cómico al que Sabata llegó con su actuación. Eso quizá rompió un tanto la previsión del guión de la velada, que acto seguido contemplaba el Morgen de Strauss como un momento íntimo, de máximo recogimiento tras el esperpento previo. Excepción de hecha de alguna transición como esta, el espectáculo se sostiene con fluidez y consigue generar, en igual proporción, emociones y sonrisas. 

El programa musical que aborda Xavier Sabata en este espectáculo es una completa locura y se antoja muy exigente, a todas luces. Es verdaderamente digno de aplauso el aplomo y versatilidad con que consigue resolver pasajes tan dispares como el "Mild und leise" de Isolda, una canción de Antony and the Johnsons o un aria de Haendel, con idéntica fortuna vocal en todos los casos, pasando de ser un contratenor a un barítono, sin arredrase ante una pieza de Chueca o un fragmento de Sondheim. Sabata brinda toda una lección de oficio, exhibiendo un arte escénico verdaderamente camaleónico.

A pesar de lo apuntado en el título de esta crónica, en realidad Xavier Sabata no estaba solo en esta aventura. Muy al contrario, se ha rodeado de inmejorables cómplices. Y es que además del talento de Sabata, el espectáculo se sostiene de manera fundamental en los atinados arreglos musicales de Dani Espasa y en las ocurrentes intervenciones de Rafael Villalobos en los textos de varias de las piezas, con guiños especialmente inspirados en el "Tango de la Menegilda" de La Gran Vía de Chueca y en el "Born this way" de Lady Gaga. Como en el Acis y Galatea ya antes mencionado, es forzoso resaltar el inspirado trabajo con las luces de Cesc Barrachina, fundamental a la hora de dar continuidad a los cambiantes tonos emocionales de la velada. 

 

¡Recupera aquí nuestra reciente entrevista con Xavier Sabata!