Menú degustación
El Musikfest Berlin ha tenido a bien reunir, en tres jornadas consecutivas, a las tres batutas encargadas de marcar el futuro más próximo de la música sinfónica en la capital alemana. Me refiero a Kirill Petrenko, al frente de los Berliner Philharmoniker desde la temporada 2019/2020; a Joana Mallwitz, al frente de la Konzerthausorchester desde la temporada 2023/2024; y a Christian Thielemann, quien precisamente esta temporada 2024/2025 toma las riendas de la Staatskapelle, en la Staatsoper Unter den Linden. Un auténtico menú degustación en materia sinfónica, exactamente lo que se espera de un festival de estas características.
Petrenko y los Berliner ofrecían sus habituales tres conciertos, de jueves a sábado, con un doble homenaje a Wolfgang Rihm y a Anton Bruckner, el primer recientemente fallecido y llamado a ser el compositor residente de la presente temporada de la formación y ahora honrado de forma póstuma. Por su parte Joana Mallwitz y su orquesta del Konzerthaus berlinés propusieron un programa con obras de Luigi Nono y Gustav Mahler. Y finalmente Christian Thielemann se presentó con los Wiener Philharmoniker, en el marco de una amplia gira por Europa, llevando consigo la primera sinfonía de Schumann y la primera sinfonía de Bruckner.
Un programa bien variado y dispar, con grandes referentes del sinfonismo romántico y postromántico, ocasión ideal para comparar y valorar el sonido de cada orquesta y el hacer de cada batuta. Vayamos por partes.
Un Bruckner alucinado y alucinante
Berlín 13/09/2024. Philharmonie. Musikfest Berlin. Obras de Rihm y Bruckner. Berliner Philharmoniker. Kirill Petrenko, dirección musical.
Tras una primera mitad en la que se escuchó IN-SCHRIFT de Wolfgang Rhim, obra arquetípica del estilo de su autor, tanto por su arquitectura como por el sonido que despliega, el plato fuerte del programa de la Filarmónica de Berlín era la Quinta sinfonía de Anton Bruckner. La versión desplegada aquí por Kirill Petrenko fue notablemente distinta de la escuchada hace alguna semanas al propio director, al frente entonces de la Joven Orquesta Gustav Mahler.
Aquella fue una lectura más amplia, más luminosa incluso, mucho más analítica, pausada y desde luego menos turbada, menos cargada de amargura y desazón. Sorprendió así Petrenko con un Bruckner raelmente turbulento y tenebroso, alucinado y alucinante. El virtuosismo de los Berliner deparó instantes de verdadera fascinación sonora.
Un Mahler sin riesgos
Berlín 14/09/2024. Philharmonie. Musikfest Berlin. Obras de Nono y Mahler. Konzerthausorchester. Sarah Aristidou, soprano. Tamara Stefanovich, piano. Joana Mallwtiz, dirección musical.
Desde la pasada temporada la Orquesta del Konzerthaus de Berlín cuenta con la alemana Joana Mallwitz como batuta titular al frente, sucendiedo en el cargo a Christoph Eschenbach. La llegada de Malwitz ha insuflado nuevos aires y renovadas ambiciones a una formación que se antojaba un tanto adocenada. Y lo cierto es que la fórmula al menos ha suscitado el interés del público local, pues la práctica totalidad de los conciertos anunciados para esta temporada con Mallwtiz en el podio cuelga ya el cartel de no hay entradas.
Pude entrevistar recientemente a Joana Mallwtiz y encontré en ella a una directora sobradamente preparada, con una amplia experiencia teatral y con un compromiso genuino con su hacer al frente de una titularidad como la que ahora ostenta en Berlín. Y sin embargo, el presente concierto no me dejó una impresión especialmente notoria, fue más bien discreto, meramente correcto, como marcado por una general distancia entre lo que sucedía y lo que tenía que suceder.
A riesgo de levantar ampollas me atrevo a decir que la obra de Luigi Nono no ha envejecido demasiado bien. Ligada quizá en demasía al contexto social y político donde se produjo, algunas de sus partituras como esta Como una ola de fuerza y luz se antojan hoy en día algo desubicadas.
La versión presentada por Mallwitz y la Konzerthausorchester fue sumamente ordenada, pulcra y contó con la soprano Sarah Aristidou -quien también participaría en el Mahler posterior- como vehículo para expresar el desgarro de los versos del argentino Julio Huasi. Tamara Stefanovich fue la pianista en esta ocasión, completando un elenco que sonó con aplomo y seguridad, pero con apenas genuino dramatismo.
Ya en la segunda mitad del concierto asistimos a una Cuarta sinfonía de Mahler bastante liviana y epidérmica, sin apenas aristas, poco incisiva en el fraseo. El caracter pastoral de la obra se vio acentuado en exceso, sin apenas contrastes y sin rastro alguno de ese sarcasmo tan propio de su autor. Digamos que faltaron las sombras en una versión demasiado luminosa y positiva de una obra que esconde mucho más de lo que parece. El resultado fue un Mahler algo taimado, sin riesgos, muy bien ejecutado pero nada mordaz.
Un Schumann acomodado y un Bruckner magistral
Berlín 15/09/2024. Philharmonie. Musikfest Berlin. Obras de Schumann y Bruckner. Wiener Philharmoniker. Christian Thielemann, dirección musical.
En el marco de una amplia gira por Europa, los Wiener Philharmoniker regresaron una vez más al marco del Musikfest Berlin, esta vez a las órdenes de Christian Thielemann, berlinés de nacimiento y a la sazón nueva batuta titular de una de las casas más prestigiosas de la ciudad, la Staatsoper Unter den Linden, donde toma el testigo del icónico Daniel Barenboim. Thielemann y los vieneses escogieron para esta gira un programa ciertamente atípico, con dos primeras sinfonías, la de Schumann y la de Bruckner.
Ciertamente no hay una conexión muy explícita entre ambas obras, más allá del hecho de requerir una plantilla orquestal bastante semejante. Imagino que se pretendía sugerir el nexo entre el Romanticismo más o menos puro de Schumann y el primer sinfonismo de Bruckner, más visceral y dramático, menos arquitectónico y espiritual digamos que el que encontramos en su corpus sinfónico posterior.